_
_
_
_
Migrados
Coordinado por Lola Hierro

Los inmigrantes estadounidenses también sufrimos a la administración

Esta entrada ha sido escrita por Liz Ferry, lectora y profesora de ingles en Cantabria

Liz Ferry, frente a la península de Mataleñas, en Santander.

La primera vez que vi el Sardinero en Santander, me enamoré de España. Fue en el 2008 y nunca antes había salido de mi país, Estados Unidos. No tenía ganas de estudiar en el extranjero, pero al final tuve que hacerlo para cumplir con los requisitos de mi carrera. Elegí el programa más corto… en Santander. Y encontré una felicidad impensable en esta tierra cántabra. Regresé a EE.UU. para terminar mis estudios y, en mi último año de universidad, tuve cuatro trabajos simultáneos para poder regresar a España.

Y aquí estoy, trabajando en Cantabria como lectora y profesora de inglés.Llevo en España dos años y medio gracias a una beca del Gobierno en un programa que se llama Auxiliares de Conversación. He trabajado dos cursos en el instituto de Suances, Cantabria, y un curso en Bonares, Huelva. Esta beca me ha dado la increíble oportunidad de vivir en este país magnífico y aprender sobre la cultura y la lengua española.

Estoy muy a gusto viviendo en Santander, la capital de Cantabria, una ciudad pequeña que tiene un poco de todo: ciudad, mar, y montaña. Cantabria es mi tierra de corazón. En general, la gente aquí me ha tratado con cariño, lo que me ha facilitado estar fuera de mi país. He hecho muy buenos amigos, muy diversos y de todo el mundo. También tengo mi propia familia española. Cuando estudié en Santander, viví en casa de una mujer, y ya con el paso de los años, me ha hecho parte de su familia. Así que siempre me siento en casa aquí, especialmente durante las fiestas. Todos los inmigrantes entienden lo difícil que es pasar las fiestas fuera de su propia tierrapero, con la ayuda de los que tenemos alrededor, se lleva mejor.

Estoy muy feliz aquí, mucho más que en mi propio país, “el mejor país del mundo.” Soy de Míchigan, el estado que tiene la ciudad de Detroit, donde empezó la crisis americana. Así que conozco bien lo que es. La crisis era más profunda en mi estado y ha durado más tiempo que en los otros. La de España ha sido mucho peor que la americana, eso sí. Mi familia la ha sufrido en Michigan, y sé cómo esta afecta a la gente.

Solo conozco la España de la crisis, e igual por esome he encontrado con tantos problemas para instalarme. Ser inmigrante no suele ser fácil en ningún sitio, pero he notado una diferencia grande en el proceso de papeleo entre Cantabria y Andalucía, dos regiones muy distintas, donde la crisis ha afectado a la gente a niveles muy distintos. Me encontré con muchos problemas burocráticos cuando vivía en Sevilla y trabajaba en la provincia de Huelva. Ya había pasado un curso en Cantabria, sin problemas de papeleo. Cuando llegué a Andalucía, el proceso fue muy diferente. No recibí mi tarjeta de residencia hasta el final del curso por las pegas que me pusieron en las oficinas de extranjería de Sevilla y Huelva. Cuando regresé a Cantabria para empezar mi tercer curso en España como auxiliar de conversación, la extranjería de Cantabria me arregló los papeles fácilmente.

No quiero decir que todo me saliera mal en Andalucía. Tuve oportunidades muy especiales: hice gimnasia artística de nuevo, después de haberla practicado durante 15 años en mi país, bailé y di clase de bachata con algunos de los mejores profesores del mundo y experimenté la Semana Santa y la Feria de Abril, unas celebraciones típicamente sevillanas. No me arrepiento nada de haber vivido allí, pero al final Sevilla no me convenció lo bastante como para quedarme.

Otro problema que suele pasar en las comunidades del sur es que no se cobra a tiempo la beca de Auxiliares de Conversación. Por suerte no me ha pasado a mí pero le ha ocurrido a mucha gente. Hay algunos auxiliares americanos todavía esperando cobrar desde octubre. Cuando venimos, ya sabemos que vamos a tardar en cobrar, pero demorarlo tanto como hasta diciembre o enero no es correcto. El billete hasta aquí es caro y mucha gente tiene que tirar de sus ahorros en dólares, por lo que al cambio perdemos dinero. Es difícil, y para algunos, imposible, empezar la vida aquí en esta situación, y el Gobierno debería por lo menos ser transparente sobre el tema de cobrar la beca.

Además, cada año que me quedo aquí me resulta más difícil recibir la beca de Auxiliar de Conversación. Es una beca que favorece a los nuevos candidatos. En mi país soy profesora de secundaria de idiomas (incluso el inglés como segunda lengua) y tengo dos cursos y medio de experiencia en España por los que he recibido recomendaciones y elogios desde los institutos donde he trabajado por mi buena práctica docente. Incluso el director del Programa de Auxiliares del Gobierno de Cantabria me ha felicitado por mi labor. A pesar de todo esto, nunca tengo el trabajo asegurado. Siempre espero que me toque el Gordo y me den la beca de nuevo. Aunque entiendo que el Ministerio de Educación, que manda a los candidatos a las comunidades autónomas, quiera dar oportunidades a nuevos, me pregunto si no sería más efectivo dejar trabajar los auxiliares que ya han demostrado su eficiencia en vez de arriesgarse a que el nuevo lector no sea tan competente en su trabajo, lo que comprometería a los alumnos que reciben nuestras clases.

Este asunto me lleva a otro relacionado: el tema del permiso de trabajo, si quiero solicitar trabajo que no sea el de la beca. El problema es que, siendo americana, se complica mucho el papeleo para poder trabajar aquí. No tengo los derechos de trabajo que tienen los miembros de la Unión Europea. La mayoría de las academias de idiomas no quieren contratar a ningún americano porque es más fácil contratar a algún británico o irlandés que ya tiene derecho para trabajar en la UE. Así que en ese aspecto, también lo tengo difícil. A pesar de todo, estoy encantada y agradezco mucho mi vida española. La oportunidad de vivir en España me ha salvado la vida de muchas maneras que no tengo tiempo de enumerar. Sin embargo, cada rosa tiene su espina, y espero que, con el paso de los años, las dificultades se vayan solucionando, con la cooperación de todos.

Comentarios

Es lástima que es tan difícil obtener el permiso de trabajo para nosotros norteamericanos y que acceptar lo bueno y lo malo de ser auxiliar de conversación es una de las únicas opciones que tenemos para vivir en este país legalmente.
Es lástima que es tan difícil obtener el permiso de trabajo para nosotros norteamericanos y que acceptar lo bueno y lo malo de ser auxiliar de conversación es una de las únicas opciones que tenemos para vivir en este país legalmente.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_