Los uniformes más psicotrópicos de Sochi 2014
Hubertus de Hohenlohe vestido de mariachi para México encabeza la competición de uniformes imposibles en estos juegos olímpicos


Si después del uniforme olímpico español pensaban que ya lo habían visto todo en lo que a chandalismo psicotrópico se refiere, suban la mirada hacia la imagen que ilustra este texto. El individuo vestido de mariachi es Hubertus Von Hohnlohe, príncipe, cantante –ha publicado ocho discos sencillos bajo los pseudónimos de Andy Himalaya y Royal Disaster– y único representante de la delegación mexicana en los Juegos de Invierno de 2014. Y sí, lo que lleva puesto es el equipamiento con el que, a sus 55 años, piensa competir en la prueba de slalom. Una elección tan ridícula como brillante porque gracias a este inenarrable diseño, Hohenlohe ha conseguido acaparar más centímetros de papel y pantalla que en sus 30 años de carrera deportiva juntos.

Puede que el presidente de la Federación Mexicana de Esquí no se haya colgado ni una sola medalla a lo largo de los seis Juegos Olímpicos en los que ha participado (en Vancuver 2010 terminó en el puesto 46 en slalom y en el 78 en slalom gigante), pero ha logrado convertirse en el único deportista reconocible en Sochi para esa mayoría aplastante de la audiencia que ve los saltos en Año Nuevo con la secreta esperanza de que alguien se piñe. Esa que detiene el zapping en el patinaje artístico para comentar que "los rusos siempre son superiores" (aunque los que ganen sean ucranianos).
"Como soy cantante y músico, me gusta el arte y por eso hemos decidido hacer esto [el uniforme performance]. La idea es reflejar a México en las pistas lo mejor posible", explicaba en rueda de prensa el esquiador norteamericano que reside en Marbella y posee la nacionalidad austriaca.
La pregunta se formula sola: Siguiendo este mismo ¿debería ir el patinador Javier Fernández vestido de flamenca, paella o toro para representar a España como Dios manda? ¿Puede considerarse antipatriótico su vestuario de Super Javi? ¿Y cómo debemos sentirnos respecto al chándal pokero-paisley de Bosco?
Para ser justos, Hohenlohe no solo resulta irresistible por su estilismo accidente de tráfico (resulta imposible dejar de mirar). Hubertus es hijo Alfonso de Hohenlohe -Langenburg (uno de los artífices de la Marbella de la jet set) y de Ira Von Fürstenberg, princesa italogermana, diseñadora de joyas y sobrina predilecta de Gianni Agnelli. Su hermano Christoph Victorio murió en 2006 en una cárcel de Bangkok, y su madre teme ahora que el esquiador "termine como Schumacher". Hohenlohe que ha demostrado andar sobrado de llamémoslo sentido del humor ha confesado que aunque atesora una "barriguita" digna de una Mariachi está en plena forma para competir.
Desde luego, en la categoría de uniforme escrache va en cabeza, aunque la competencia es feroz. Porque aunque usted no entienda que diferencia existe entre los jugadores de curling y su tía abuela Rosi barriendo con brío porque llega tarde al ambulatorio, en Sochi 2014 podrá disfrutar del auténtico deporte olímpico nacional: la crítica o despelleje. Material no le va a faltar.
Ahí está el equipo noruego dispuesto a provocarle un ataque de epilepsia con su traje caleodoscópico en azul, rojo y blanco (colores de su bandera). Un atuendo que ni el mismísimo Corbacho osaría a lucir en un musical de los Goya.

O los estadounidenses. El equipamiento para Londres 2012 desató la polémica no por su acabado, un tanto marcial pero ciertamente épico, sino por haber sido elaborads en China. En Sochi, Ralph Lauren ha decidido subsanar el patinazo y producir en su propio país. El resultado ha sido definido por la crítica de moda del New York Times Cathy Horyn en estos términos: “La chaqueta es bonita, pero el suéter recuerda a los horribles jerseys navideños”.

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