El comercio justo: un aliado para el relevo generacional

Por Marco Coscione

Desde el recrudecimiento de los problemas ambientales en las últimas décadas, se suelen escuchar declaraciones como “¡Hay que salvar el planeta!” o “¡Hay que dejarle un mejor planeta a nuestros hijos!”, pero se nos olvida literalmente que el planeta Tierra se salvará de todas formas. Quien no se salvará será nuestra civilización, a menos que empecemos de verdad un cambio radical. Este cambio ya no depende de un enfoque dirigido a conservar “un planeta mejor” sino, más bien, de la construcción colectiva de una nueva generación; por tanto, habría que dejarle mejores hijos al planeta y no al revés.

Dejarles mejores hijos al planeta significa repensar completamente el rol del ser humano en nuestra civilización y reconstruir desde sus cimientos la relación entre los seres humanos, los animales y la naturaleza. Desde el punto de vista de las actividades rurales, estamos frente a un problema muy serio: el envejecimiento, los procesos de descampesinización y el necesario relevo generacional.

Dentro de las organizaciones de pequeños productores de comercio justo este debate está muy vivo; los productores entienden la importancia y urgencia de apostar por el relevo, pero a veces las condiciones estructurales del mundo rural y las “seducciones” del mundo urbano no garantizan que las ideas correctas lleguen de verdad a concretarse. En Colombia, la experiencia de la Asociación de Jóvenes Agricultores del Valle (ASOJAV), es un óptimo ejemplo para entender como el compromiso público y privado también puede aportar en la construcción de la sostenibilidad intergeneracional.

El Programa “Jóvenes Agricultores del Valle del Cauca” surgió en 1997 como iniciativa del Comité Departamental de Cafeteros para enfrentar el envejecimiento de los campesinos en las zonas rurales y apoyar la caficultura local también a través de capacitaciones y nuevos procesos de tecnificación. Los jóvenes que participaron en el programa desde un comienzo entendieron dos cosas fundamentales: el asociativismo es la única vía para mejorar las condiciones de las familias campesinas (y en el año 2000 fundaron ASOJAV); el comercio justo iba a representar el único camino que pudiera devolverle dignidad a sus actividades agropecuarias (desde el 2001 se integraron a los circuitos comerciales solidarios a nivel internacional).

En la actualidad ASOJAV cuenta con 52 socios, con una edad promedio de 38 años, pero la idea es abrirse a nuevos socios jóvenes y empujar el relevo en las familias de los socios fundadores. ASOJAV es una organización pequeña, pero ejemplo para muchas otras. En su desarrollo el movimiento por un comercio justo representa, sin duda su mejor aliado: a mediados de noviembre de 2013, la asociación ganó el Concurso Relevo Generacional de la “Progreso Network”, articulada a través de la Coordinadora Latinoamericana y del Caribe de Pequeños Productores de Comercio Justo (CLAC). Para esta red latinoamericana de organizaciones de productores el relevo generacional representa uno de sus mayores desafíos. Empezar a trabajar con comités de jóvenes a nivel comunitario es una de sus tareas actuales.

«Nuestro enfoque», subraya Jorge Salinas, actual presidente de ASOJAV, «se basa en el fortalecimiento de nuevos liderazgos comunitarios. Muchos de los asociados son referentes en sus respectivas comunidades y ASOJAV es cada vez más reconocida por las comunidades; tenemos miembros en los comités locales de cafeteros, en las juntas de acción comunal en las veredas, y hasta hay un asociado que es concejal de uno de los 15 municipios donde están presentes nuestros asociados, sobre el total de 42 municipios del departamento».

En Colombia, en un hipotético escenario de post-conflicto armado, no hay duda que ASOJAV representará un referente fundamental para el trabajo con y desde los jóvenes, en pro de un desarrollo rural y comunitario sostenible inter-generacionalmente, basado en la organización y en los valores solidarios del comercio justo.

Fotografía de apertura: Los productores de ASOJAV reciben el premio a la mejor experiencia de relevo generacional