6 fotosSeparadas por la crisisLa situación española ha empujado a cinco amigas de Pamplona a vivir cada una en un país para aspirar a un futuro mejorEscuela de Periodismo UAM - EL PAÍSMadrid - 28 ene 2014 - 20:23CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceMaite García fue la primera en separarse de su cuadrilla de amigas, también había sido la última en unirse. García nació en El Salvador (en la imagen) porque su madre es de allí. Con nueve años llegó a Pamplona, la tierra de su padre, y conoció al resto del grupo. Estudiaron juntas en el colegio Maristas, salían de juerga en los bares de La Trave, una de las zonas más conocidas por los adolescentes de la capital navarra. Al terminar el Bachillerato, García se fue a Londres a estudiar Relaciones Internacionales y Filología Francesa. Después de graduarse, cursó un máster en Desarrollo Económico y a principios de 2013 volvió a Pamplona. Con un currículo envidiable, y solo 25 años, estuvo sin trabajo más de seis meses. La situación hizo que volviera a El Salvador. "Me fui sin nada y en menos de un mes conseguí un empleo". García confiesa que su nueva vida le gusta pero también siente morriña y le habría gustado quedarse en España. En el mismo continente se encuentra María, pero a más de 3.000 kilómetros.A ella no le influyó la crisis, al menos al principio. María Hualde estudió Magisterio en la Universidad Pública de Navarra y el último año de carrera se fue con una beca a Misisipi. A la vuelta, encontró trabajo en un colegio de Pamplona, pero no fue suficiente para ella así que decidió marcharse. Le ofrecieron una plaza para un máster de Educación también en Misisipi y aceptó. La experiencia fue tan buena que no se planteó volver a casa. Lleva dos años sin ver a su familia. En 2011 encontró trabajo de profesora de español en un colegio de Chicago, ciudad en la que se hizo esta foto. "Veo la situación en España y no es nada atractiva. Lo echo de menos, sí. Pero por ahora no voy a volver". Su amiga Silvia, que vive en Alemania, está segura de que regresará a Pamplona.Joven e ingeniera: el perfil de muchos emigrantes españoles. Silvia Haro lleva más de medio año trabajando en Coblenza (Alemania), a 600 kilómetros de Berlín, donde aparece retratada junto a restos del Muro. Cuando cuenta su historia no se cree la oportunidad que le han dado. "Aquí te ayudan, te dan la mano, saben que no tienes experiencia porque acabas de salir de la carrera y te contratan. ¡Es increíble! ¡En España algo así es impensable!". No es la primera vez que pisa el país germano. Esta pamplonesa estudió allí en 2012 con una 'erasmus'. Después volvió a su tierra y tras estar seis meses sin encontrar un empleo, se fue a Madrid porque le salió un trabajo en la fábrica Ibeco, que pertenece al sector del automóvil. "El puesto no se correspondía con mis estudios, veía que no avanzaba y en España no me salía nada mejor. Al final, a través de una oferta de mi universidad vi el puesto para Alemania y sin pensármelo envié el currículo". Cerca de Haro vive su amiga Paula, en París, y cuando se echan de menos cada una coge un tren dirección Luxemburgo y pasan el día juntas."¿Que si quiero volver a España? Es lo que más me apetece. Pero, ¿en qué condiciones?". Paula Álvarez es fisioterapeuta, estudió en Barcelona y cuando terminó la carrera en 2009 se fue a Sevilla a hacer un curso de hipoterapia (una técnica que estimula los músculos del paciente montando a caballo). "Allí pasé un mes y medio despertándome entre caballos, perros y gatos". Volvió Pamplona en 2010 y asegura que ya notó la bajada de puestos de trabajo; empezó a buscar empleo en España y Francia. Al final se marchó a Dax, a menos de 200 kilómetros de su ciudad natal, a trabajar en un geriátrico. "El idioma y estar fuera de casa era lo más duro. Pero no tenía más opciones si quería ganarme la vida". Estuvo menos de seis meses y en 2011 volvió a casa. "Entonces encontrar trabajo era casi misión imposible, salvo las promociones de Navidad". Álvarez tenía claro que si quería más experiencia tenía que volver a Francia, y así hizo. En la foto, en su primera visita al museo del Louvre. Su intención es ir poco a poco bajando al sur de Francia para estar "más cerquita de los nuestros y lo nuestro".Es la única a la que la crisis no le ha hecho salir de Pamplona. Silvia Zabalza estudió Derecho en la Universidad de Navarra y después hizo un máster en la Escuela de Práctica Jurídica, en Madrid. En 2012 terminó y estuvo un año en el paro. Entonces encontró un empleo en un despacho de abogados pero lo dejó porque el ambiente de trabajo, las condiciones y la labor que realizaba no le convencían. "Estaba muy mal, desesperada y muy presionada. Lo veía todo negro, parece que por ser jóvenes y no tener experiencia tenemos que agarrarnos a cualquier oferta", explica con voz de impotencia. Prefirió arriesgarse y hacer las maletas para trabajar de 'au-pair' en EE UU. Sin embargo, en el último momento conoció a dos abogados que le ofrecieron colaborar con ellos. Ahora trabaja desde casa con "pequeñas cosillas" que le pasan y aunque su sueldo no es ni fijo ni elevado, asegura estar muy ilusionada. "Aprendo y me formo para ejercer la abogacía, estoy con la familia, con mi novio [en la foto], los amigos y deseando que llegue la ocasión para juntarme con las amigas de siempre"."¿Volver a vernos? ¿En julio? ¡Sí, sí! En Sanfermines". Para juntarse tienen que planearlo con mucha antelación, hacer coincidir sus vacaciones, que sus novios no las reclamen... De momento esperan encontrarse el 6 de julio de 2014, cuando la plaza Consistorial de Pamplona esté a rebosar de gente y suene el cohete de una de las fiestas más internacionales de España. Hablan enfadadas de la situación que viven miles de jóvenes como ellas en el país, confiesan que encontrar un empleo es casi imposible, y los que tienen suerte y lo consiguen es en condiciones pésimas. Al preguntarles qué es lo que más echan de menos coinciden: la familia, los amigos, y los 'pintxos' del casco viejo.