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Alterconsumismo
Coordinado por Anna Argemí

¡Mi hijo se ha pedido el supermercado de Barriguitas!

<span ><span>Queridos Reyes Magos: como este año he sido muy bueno”… Así empiezan todas las cartas a los reyes y papasnoeles que todos los años por estas fechas las personas más pequeñas, y las no tan jóvenes, escribimos a esos seres mágicos que pueden hacer posible lo imposible y traernos con nocturnidad pero sin alevosía lo que más deseamos. Siempre hemos sido muy buenos y por tanto siempre esperamos que cumplan con nuestras peticiones y llenen de regalos calcetines, zapatos, árboles o lo que cada familia estile preparar. Yo sé de una que cada año busca los zapatos más grandes que tiene en la creencia de que así se llenarán más.</span>
Queridos Reyes Magos: como este año he sido muy bueno”… Así empiezan todas las cartas a los reyes y papasnoeles que todos los años por estas fechas las personas más pequeñas, y las no tan jóvenes, escribimos a esos seres mágicos que pueden hacer posible lo imposible y traernos con nocturnidad pero sin alevosía lo que más deseamos. Siempre hemos sido muy buenos y por tanto siempre esperamos que cumplan con nuestras peticiones y llenen de regalos calcetines, zapatos, árboles o lo que cada familia estile preparar. Yo sé de una que cada año busca los zapatos más grandes que tiene en la creencia de que así se llenarán más.

Por Carlos Ballesteros

Son fechas muy complicadas para los que tenemos niños y niñas en la edad de la inocencia pero creemos y tratamos de hacer un consumo algo responsable. Supone una lucha con familiares (abuelos y abuelas fundamentalmente) que pretenden atiborrar de regalos a sus nietos. Recuerdo una anécdota familiar: hace años uno de mis hijos, supongo que tendría unos dos o tres años, no lo recuerdo bien, estaba disfrutando del regalo recién desenvuelto, asombrado, alucinado, boquiabierto porque los reyes habían cumplido con sus peticiones. El resto de la familia (extensa) presente le jaleaba, vitoreaba, animaba….a que apartara, de una vez por todas, el regalo recién descubierto y siguiera desenvolviendo los restantes. Cada miembro estaba expectante por ver la cara que el chiquillo pondría cuando abriera el que él había elegido. Al pobre niño no le dejaban disfrutar del momento de ilusión y asombro pues lo que importaba es que retirara envoltorios, cual si se tratara de una estresante competición de “¡con el mío abre más la boca y aplaude más fuerte!”.

Este año mis hijos son algo más mayores, pero siguen escribiendo con ilusión la carta. Por supuesto que la empiezan diciendo que se han portado maravillosamente bien. Luego, con un cierto intento de influencia de su padre y su madre, tratamos de que la carta no contenga demasiadas peticiones, que no sean bélicas, ni sexistas, que se puedan jugar en compañía, que tengan poco plástico….en una clara conciencia de establecer al menos unos mínimos ya que sabemos que parte de la batalla está perdida: la exposición a los medios de comunicación, al resto de compañeros de colegio y el atractivo y estudiado diseño de envases y catálogos hacen de la escritura de la carta una aventura, un motivo de discusión y también un cierto momento de educación en unos valores contracorriente y difíciles de sostener ante tantas y tantas tentaciones.

Es cierto que hay estudios, trabajos, literatura, campañas institucionales sobre el juguete sexista o el juguete bélico. Pero yo, que este año ya me he visto unos cuantos catálogos, tanto de las tiendas especialistas en juguetes, como de centros comerciales y grandes almacenes, pasando incluso por los de alguna tienda especializada en juguete educativo, no he visto reflejo de esas preocupaciones en ninguno de ellos. Los catálogos se dividen en secciones, por colores: páginas con códigos rosa para las muñecas y las cocinas, aun cuando en alguna de ellas aparece un niño jugando acompañando a la niña: verdes o azules para las de coches, armas, juegos de superhéroes…En alguna de estas últimas, supongo que en un tributo a esa preocupación “educativa”, aparece toda la familia jugando…..¡a la guerra!. Es una pena que en este blog no pueda subir fotos ni decir marcas concretas, así que os pido confianza ciega en que lo que os cuento es verdad.

Otra cosa que me preocupa enormemente, suponiendo, lo que es mucho suponer, que el debate del juguete sexista y bélico ha quedado superado, es algo mucho más sutil, escondido y precisamente por ello más peligroso. Hay cantidad de juguetes unisex (o asexuados, pero este es otro tema para otra reflexión) y aparentemente blandos en sus planteamientos que sin embargo esconden una gran carga ideológica. Aquí sí tengo que decir alguna marca. Las tiernas, simpáticas, amorosas muñecas “Barriguitas” este año compran en el supermercado. Pero no en un supermercado cualquiera, no. Las estanterías, los muebles, supongo que para dar mayor viso de realidad, están realizados en el color verde y blanco corporativo de un gran almacén español, con logotipo triangular y su marca aparece por todas partes. Las Barriguitas y los niños y niñas que con ellos jueguen no van a comprar a cualquier parte, van a comprar a ese supermercado específico. Claro que aquí además se puede comentar mucho más: ¿Qué tipo de compra se hace en un supermercado (frente a un comercio tradicional)? ¿Qué productos hay en las estanterías de ese super de juguete? ¿Envasados, precocinados, marcas multinacionales). Al final, el típico juego de “ir de compras” se convierte sutilmente en una escuela de capitalismo y consumismo avanzada donde solo se representa un modelo válido ( el del supermercado).

Comentado esto con compañeros de trabajo y con personas conocidas, todas ellas con hijos e hijas (o nietos) en edad de portarse bien, y que están abiertamente en contra del juguete sexista o bélico para sus retoños, sin embargo contestan “¡qué exagerado eres!”cuando planteas cuestiones como estas, que van un poco más allá.

Os dejo un link a un anuncio del año pasado. Si podéis no lo miréis, solo escuchad el sonido. Es de un centro comercial de juguete en el que “entras, subes o bajas ¡qué falda por favor! ¡Qué superprobador! (esto último dígase con voz engolada y nasal). ¡Eliges, pruebas y pagas! Pasas la tarjeta ¡qué barato…y a comprar otro rato!”

La noche del 5 de enero disfruto como el que más. Voy a la cabalgata del pequeño pueblo en el que vivo y en el que las carrozas son de los vecinos, del AMPA, que ahora se llama AFA, del colegio, de otras asociaciones y colectivos. No son tan espectaculares como las de la cabalgata de Madrid. Se ve que hay un camión debajo que pone cerramientos Revilla S.A., los trajes son artesanales. Pero lo pasamos bien. Luego tomamos roscón y preparamos los zapatos y el piscolabis para reyes y camellos y nos vamos a intentar dormir. Al día siguiente madrugón, carreras y la cara de mis hijos al ver que un año más los magos de Oriente nos han visitado. Quedan pocos años para disfrutar de este ritual. Luego podremos trabajar más acorde a nuestras creencias y forma de entender el mundo estos temas, pues ya podremos irnos más fácilmente hacia los regalos inmateriales, sin coste económico y otro sinfín de ideas que hoy por hoy no nos hemos atrevido a poner en práctica por no desilusionar a los chicos (ni al resto de la familia que por ejemplo no entendería hacer un regalo de segunda mano.)

Pues nada …que si como dice la carta habéis sido buenos, os deseo que la mañana del dia 6 de enero los magos (el viejo Pascuero, el Olentzero, la Befana, el Tió…) hayan visitado vuestra casa y os hayan dejado ilusión en los zapatos, mucha ilusión.

Comentarios

ciertamente, los padres no lo tenemos fácil contra la publicidad o los empaques atractivos..en especial porque los peques no siempre pueden entender las pegas ideológicas que podemos tener los padres respecto a ciertos juguetes..la mia tiene 8 años y no logra entender que el Monopoly Empire no me guste, porque se trata de convertirse en un tiburón financiero que maniobra para acaparar las marcas incluidas en el juego, algunas de las cuales tienen mala fama por su falta de ética , menos mal que el argumento de que tienes que hacer continuas sumas y restas para jugar la disuadió ( es buena en matemáticas pero le aburren un montón) y la condujo a pedir el monopoly junior, mas inocente...

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