Ben Affleck advierte a los paparazzi: con sus hijos no se juega

Llámenle lo que quieran. Está acostumbrado. A Ben Affleck no le afectan los insultos, los motes, las críticas –a veces crueles- que ha recibido a lo largo de su carrera. Ni el continuo asedio de los paparazzi que viene con su fama, ganada por sus trabajos como actor y como director conocido tanto por sus éxitos (Argo) como por sus sonados fracasos (Gigli). Pero con sus hijos no se juega. “Mis hijos no son famosos. Nos han ofrecido mucho dinero por sus fotos cuando nacieron pero no encontrarás ni una”, declara la estrella de Hollywood en una entrevista concedida a la revista Playboy. “Ahí es donde comencé a poner límites”, añade al referirse a sus tres hijos, Violet, Seraphine y Samuel de 7, 4 y 1 años, todos ellos fruto de su matrimonio con la también actriz Jennifer Garner. “No juzgo a los que toman otra decisión. Muchos donan la cifra a una obra benéfica. Pero no quiero ser cómplice. Es cuestión de principios más que de dinero”, añade el próximo Batman –una noticia no exenta de críticos entre los seguidores del cómic-.

Affleck se suma así a la iniciativa de su esposa, quien este año ganó su batalla contra los paparazzi en la legislación californiana: tras su denuncia, y a partir del próximo enero, entra en vigor en California una ley por la que todo aquel que intente sacar una foto a un menor de 16 años sin su consentimiento o el de su guardián puede ser condenado al pago de una multa de 7.000 euros o a un año de cárcel. No es de extrañar el apoyo explícito hacia su esposa de un hombre que encontró en ella su tabla de salvación. Como recuerda en la misma entrevista, Affleck conoció a la actriz durante el rodaje de Pearl Harbor, película en la que trabajaron juntos, pero su relación no comenzó hasta que sus caminos volvieron a cruzarse en el rodaje de Daredevil.

Ese fue uno de los momentos más bajos de la vida de Affleck, el hazmerreír de la industria por una larga lista de estrepitosos fracasos como actor mientras en su vida personal las cosas no iban mejor, por entonces la otra mitad de ese Bennifer como se le conocía durante su sonada relación con la cantante y actriz Jennifer López. “Estaba hundido”, recuerda el intérprete que da a Garner todo el crédito de esta nueva etapa en su vida y en su carrera que ahora disfruta. “Conocerla, enamorarme de ella y establecer nuestra relación me dio la fuerza de decir ‘voy a hacer Hollywoodland’, ‘voy a dirigir Adiós pequeña adiós’”, recuerda de los dos filmes que remontaron el hasta entonces descenso en picado de su filmografía.

El ganador de dos Oscar, como guionista de El indomable Will Hunting y como productor de Argo, cita a Garner como la roca en la que se apoyan todas sus victorias, a quien describe como la persona más importante de su vida. “En la última década me ha permitido tener una vida familiar estable mientras conseguía mis metas profesionales”, añade en su entrevista. Su próxima meta será hacer de hombre murciélago en la esperada secuela de una dos de las franquicias más taquilleras del cine, Batman vs. Superman, mientras que Garner continúa su carrera profesional, posible candidata en esta temporada de premios gracias a su trabajo en el filme Dallas Buyers Club.