10 razones para huir por Navidad
Un año más, con la llegada de las fiestas, la vida palpita de sentimientos fraternos y una mágica inocencia despierta en nuestro interior
01 Los anuncios de la tele
“Ya está aquí la Navidad…” .
02 Los SMS y Whatsapp de felicitación cursis
“Que esta Navidad convierta cada deseo en flor, cada dolor en estrella, cada lágrima en sonrisa y cada corazón en una dulce morada" o “Los amigos son como las estrellas: aunque no puedas verlas, sabes que siempre están ahí”.
03 Los buenos propósitos
Ya sabes cuales, los de todos los años: dejar de fumar, empezar a practicar un deporte, dedicar más tiempo a la familia, prestar más atención a tu pareja (es decir, más sexo), aprender un idioma, hacer nuevos amigos, ver menos la televisión, leer más libros…
04 La cesta de Navidad
Sí, esa que nunca te dan a ti.
05 Los rituales absurdos
Como poner un anillo de oro dentro de la copa de cava en Nochevieja para que traiga suerte y dinero. Todos los años muere gente atragantada por eso.
06 La báscula
Chivata traidora que el 1 de enero te hará decir cosas como: “Tiene que estar estropeada. Es IM-PO-SI-BLE que haya engordado siete kilos en siete días”.
07 Los juguetes éxito de ventas
Que casualmente son todos los que se ha pedido tu niño. Los mismos que ya se han agotado en todas las tiendas. Cuéntale ahora eso de “el mejor juguete es una caja de cartón”.
08 Los coleccionables
Algunas editoriales se aprovechan de la resaca de Nochevieja para lanzar en enero sus coleccionables. Ni lo intentes: jamás lograrás acabar esa colección de dildos tan mona. La de frasquitos de colonia en miniatura (666 piezas), tampoco.
09 Las cenas familiares
Sobre todo durante la fase EDC (exaltación del cuñado o la cuñada), cuando las libaciones te hacen decir cosas absurdas como: “Te quiero como a un hermano/a” o “antes me caías mal, pero ahora…”
10 El Mensaje Navideño
Real, como la vida misma.
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