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Un pedazo de cielo para millonarios

Cada vez más rascacielos con apartamentos de superlujo pueblan el suelo de Manhattan Sus propietarios son los magnates más poderosos, provenientes de todo el mundo

Andrea Aguilar
El edificio One 57, en mayo de 2013, cuando aún estaba en fase de construcción.
El edificio One 57, en mayo de 2013, cuando aún estaba en fase de construcción.Oliver Morris (Getty Images)

Más allá de las salas de subasta de arte moderno y contemporáneo, –donde estas últimas semanas se han batido millonarios récords– y por encima de la rivalidad entre los rascacielos de Chicago y Nueva York planea el mercado inmobiliario de lujo en Manhattan, cuya temperatura está alcanzando máximos históricos con las nuevas torres que crecen por la isla. Están los coches trofeo, las mujeres trofeo y ahora los apartamentos trofeo, quizá un nuevo nombre para algo que casi podría parecer una tradición ostentosa en la Gran Manzana.

Ahí está el nuevo One57 en el 157 West de la calle 57, en las inmediaciones del Carnegie Hall, edificio diseñado por el premio Priztker Christian Portzamparc, que será inaugurado el próximo mes. Su ático dúplex de más de mil metros cuadrados ha sido vendido por cerca de 95 millones de dólares (70.506.000 euros). Otra de las unidades del mismo edificio, bautizada con el poético nombre de Jardín de Invierno, fue comprada por un grupo de inversores del que forma parte William A. Ackman por más de 90 millones de dólares (66.800.000 euros), y una compañía china se ha hecho con cuatro apartamentos en esta misma torre que mide más de 304 metros y cuyas plantas inferiores serán un hotel Park Hyatt. Los huéspedes puede que compartan la piscina con los millonarios Lawrence Stroll y Silas K.F. Chou, el dúo de inversores detrás de la firma Michael Kors, que han adquirido sendas viviendas en la planta 85 y 80 respectivamente, con vistas a Central Park, el Empire State y la Estatua de la Libertad, por cerca de 50 millones (37 millones de euros).

El título de edificio de viviendas más alto del hemisferio norte, pronto le será arrebatado a One57 por los 426 metros de altura de la torre 432 Park que ocupa el solar del antiguo Hotel Drake, junto a Grand Central. El vídeo promocional, que los promotores describen como película y ­solo muestran a compradores interesados­, presenta las espectaculares vistas y al trapecista Phillippe Petit. El ático de este edificio, diseñado por el uruguayo Rafael Viñoly, cuenta con seis habitaciones, siete cuartos de baño y una librería, su precio son 95 millones de dólares (70 millones de euros). Hay precios más ajustados en 432 Park, por ejemplo, un estudio de apenas 30 metros cuadrados por más de millón y medio de dólares (1.114.000 euros). El tipo de piéd-á-terre que parece hacer furor entre determinado tipo de millonario cuyo capital se rifan los promotores en Londres y Hong Kong, una carrera en la que Nueva York no quiere quedarse atrás.

Los 30 millones de dólares (22 millones de euros) que pagó hace apenas 13 años atrás el millonario financiero Stephen Schwarzman por el ático de 34 habitaciones en el que vivió John Rochefeller Jr, en el 740 Park Avenue palidecen frente a los nuevos precios. En el llamado hedge fund building (edificio fondo de inversión) situado en el 15 Central Park West el presidente de Citigroup marcó un hito al pagar 44 millones de dólares (32.600.000 euros) por un ático de cuatro habitaciones. En 2012 lo vendió por exactamente el doble al magnate ruso Dmitry Rybolovlev. Este récord ha sido ahora batido, y lo cierto es el número de edificios en Manhattan con apartamentos cuyo precio supera los 15 millones de dólares (11 millones de euros) ha crecido de 33 a 49 en tan sólo cuatro años. La demanda, a juzgar por el ritmo de venta, aumenta: en Tribeca el edificio 56 Leonard, con áticos a más de 20 millones (15 millones de euros), vendió el 92% de sus 140 unidades en 7 meses. China, Rusia y Oriente Medio parece ser el origen de los nuevos propietarios, esos que dejan poco dinero a la ciudad, al escapar los impuestos por no tener fijada en Nueva York su residencia.

No faltan las voces de alarma, aquellos que hablan de los cerca de 22.000 niños cuyas familias viven en albergues, como denunció un artículo en The New Yorker este mes. Y también están los neoyorquinos que recuerdan aquel tiempo en el que la construcción de un rascacielos en las inmediaciones de Central Park impulsó una movilización ciudadana encabezada por Jackie O. Cientos de paraguas negros cubrieron la superficie exacta del parque que quedaría a la sombra de la nueva torre , cuyo plan de construcción fue echado para atrás. Hoy tras la sombra de las nuevas torres de apartamentos parece que solo surge la pregunta de quién exactamente está firmando los cheques.

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Sobre la firma

Andrea Aguilar
Es periodista cultural. Licenciada en Historia y Políticas por la Universidad de Kent, fue becada por el Graduate School of Journalism de la Universidad de Columbia en Nueva York. Su trabajo, con un foco especial en el mundo literario, también ha aparecido en revistas como The Paris Review o The Reading Room Journal.

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