El síndrome de Estocolmo
Después de años de recortes en todas las áreas, privatizaciones del patrimonio que hemos pagado entre todos, inoperancia y ahora también una ley de orden público para que no protestemos, la intención de voto sigue del lado del PP. Eso solo tiene un nombre: síndrome de Estocolmo. Cuando la víctima defiende al maltratador y se identifica con él.
Pero los votantes del PSOE tampoco se libran, ya que aunque, según las encuestas, pierden muchos votos aún hay gente que piensa que los que no hicieron nada cuando llegó la crisis y ahora solo farfullan incoherencias mientras se contradicen unos a otros, pueden hacer algo por este país. ¿Es que no hay otra alternativa? Pues habrá que buscarla. Eso sí, seguro que sentados en el sofá de casa, no encontramos nada.— Flavia Bernar Solano.
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