La lírica tras el consumo

Por Carlos Ballesteros

Por esas fechas acudí con mis hijos (5 y 7 años) a un espectáculo en el pueblo de al lado en el que vivo: mientras esperábamos la salida de los artistas, la música ambiental del repleto pabellón –público infantil en su gran mayoría, obviamente- nos deleitaba con una “ven a jugar ven a jugar…ven a jugar al centro comercial”. Aquí ya se encendieron todas mis alarmas. ¿Qué dicen las “ingenuas” canciones que cantan nuestros hijos? ¿Qué mensajes sutiles se cuelan en nuestras mentes mientras tarareamos, a menudo sin prestar demasiada atención conocidas canciones? ¿Qué imaginario social construyen? Así comenzó un proyecto de investigación en el grupo que coordino –el consumidor y su entorno- sobre el discurso que esconden las canciones que cantan al consumo y que en esta XIII Semana de la Ciencia que estamos celebrando estos días en la Comunidad de Madrid hemos presentado como trabajo en curso.

Tenemos ya recopiladas más de 70 canciones cuyo tema principal es el consumo, las compras, el dinero…. Tenemos canciones en español, en inglés, en francés, en italiano, ¡incluso en turco! Algunas son de letra y contenido simple, sin demasiadas connotaciones ideológicas o éticas: “Busco, busco, busco entre los trapos, busco, busco, busco algo barato(…) entre los cuadros y los dependientes encuentro unos pendientes” (Mecano: Busco en las Rebajas). Otras defienden hasta el extremo la sociedad de consumo y sus maravillosas ventajas: “El chico con el dinero contante y sonante será siempre el correcto, porque vivimos en un mundo materialista” (Madona: Material Girl); “Y yo caí enamorado de la moda juvenil de los precios y rebajas que yo vi” (Radio Futura: Enamorado de la Moda Juvenil). Hay unas cuantas canciones que hablan de lo importante que son las cosas, incluso más que las personas: “No necesito amor, ¿de qué me serviría? Los diamantes nunca me mienten, y para cuando el amor desaparezca ellos seguirán brillando” (Shirley Bassey: Diamonds are Forever); “Esta es mi burbuja de aire y si explota estoy perdido, somos lo que vestimos, vestimos lo que somos”(Macklemore : Wings); “Las Adidas que tengo no las tiene cualquiera, yo tengo 50 pares, colega” (Run DMC: My Adidas)

También están las que critican el materialismo, la sociedad de consumo, el que todo se venda y se compre. Desde la rumba gitana: “El médico vende su ciencia, el artista su talento, el maestro su cultura y la iglesia, la iglesia nos vende el cielo. Y aquel que diga que no vende nada que levante el dedo” (Peret: Que Levante el Dedo) a los que piensan que si usted no tiene algo “que vender o que comprar, usted no es de este mundo ya lo ve, pero no se preocupe que le encontraremos su lugar” (José María Alfaya: canción para animar al habitante de las grandes superficies).

El proyecto sigue adelante y no es este el sitio para desgranar todos sus avances y descubrimientos, pero sí para de alguna manera compartir alguna preocupación y reflexión en voz alta. Alguna vez he escrito que la publicidad educa a la sociedad y educa de manera muy sutil, cual gota de agua que perfora la roca gotita a gotita, constante y siempre de igual manera. Ahora también lo hacen las canciones, quizás de forma mucho más sutil pues de la publicidad mal que bien podemos defendernos dado que sabemos lo que pretende (vender más). Dicen personas más sabias que yo que un ciudadano medio de Estados Unidos recibe 3.000 impactos publicitarios al día (3.000 gotas). Quizás en Europa debamos dividirlo a la mitad, o a una tercera parte incluso, pero aun así son muchas gotas en nuestra cabeza, horadando y entrando en lo más profundo de nuestro cerebro con un mismo mensaje que ahora el arte también usa: “has sido puesto en espera porque tu llamada es muy valorada: esperemos que esto no te cause molestias porque vales mucho, muchísimo” (Gotye: Thanks For Your Time).

Pues eso, que estamos ahora analizando los discursos bajo las letras y que pronto vendremos con más resultados. Hoy por hoy cantemos bajo el consumo sin dejar que la letra nos arrastre.

Imagen de apertura: Consumehastamorir (Ecologistas en Acción)