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EL ACENTO
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El desembarco de Bill Gates

El magnate de Microsoft adquiere el 6% de Fomento de Construcciones y Contratas

MARCOS BALFAGÓN

Es posible que el presidente del Santander, Emilio Botín, algo supiera cuando dijo en Nueva York aquello que tantas campanas mediáticas ha hecho repicar de que España está viviendo un momento fantástico porque llega dinero para todo. Sea o no fruto del voluntarismo, lo cierto es que la frase no podía tener mejor aldabonazo confirmatorio que el anuncio de que el emprendedor por excelencia, el multimillonario Bill Gates, fundador de Microsoft, ha invertido en Fomento de Construcciones y Contratas (FCC). La sociedad inversora de Gates ha adquirido 7,6 millones de acciones de la autocartera de FCC, lo que supone el 6% de su capital social, con lo que se convierte en el segundo accionista más importante tras la vicepresidenta, Esther Koplowitz, que posee el 53,9%.

La llegada de Bill Gates al accionariado de FCC tiene varias lecturas. Apuntala en primer lugar la idea de que España está dejando de ser el campo yermo que era para los mercados, que los inversores están comenzando a volver. Y aunque no se nos oculta que aún son pocos y lo hacen atraídos por los bajos precios a los que nos ha arrastrado la dura crisis económica, lo cierto es que vienen; y eso significa que alguna confianza tienen en el futuro del país.

La segunda cuestión es que con esta inversión Bill Gates pulveriza el viejo cliché que contrapone la economía de las nuevas tecnologías a la del ladrillo, como si fueran incompatibles, como si una fuera el futuro y la otra el pasado. Lo que forma parte de un pasado que no debería repetirse es el modelo económico dependiente de la construcción especulativa. Pero, como cualquier empresa que quiera tener un papel en la economía global, FCC aspira a los más avanzados desarrollos tecnológicos, algo a lo que Bill Gates no puede ser insensible.

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Hay un tercer aspecto que une a los que ahora son los dos principales accionistas de FCC: la filantropía. El magnate norteamericano se ha convertido en la mayor ONG del mundo a través de la Fundación Melinda y Bill Gates, y es ya tan conocido por sus programas de ayuda como por sus méritos empresariales. También Esther Koplowitz practica una importante y personal labor de mecenazgo social, aunque en su caso, de forma discreta y evitando los focos.

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