Hollande cierra la residencia oficial de la Costa Azul para ahorrar
El Fuerte de Brégançon era el lugar de vacaciones de los presidentes del gobierno francés. Ahora se abrirá al público como un monumento dentro de las medidas de austeridad
El presidente francés, François Hollande, ya había dado señales del poco apego que le tenía al Fuerte de Brégançon, la residencia presidencial en la Costa Azul en la que desde hace años pasan sus vacaciones los primeros mandatarios. De hecho este verano ya prefirió descansar unos días en el palacete de la Lanterne en Versailles, a apenas media hora de París, donde suele también pasar sus fines de semana, al igual que su antecesor, Nicolas Sarkozy. En tiempos de restricción presupuestaria, el Elíseo anuncia ahora que abrirá el Fuerte a las visitas al público y cobrará por ello. La medida se inscribe en el marco de un ahorro del 2% del presupuesto del Elíseo para el año que viene.
El Elíseo ha hecho un presupuesto para 2014 de 101,4 millones -13,4 millones de menos que en 2012- y espera estabilizar el gasto en torno a los 100 millones en 2015. “El objetivo del presidente es lograr reducir el presupuesto del Elíseo por debajo de los 100 millones, cuando hace dos años todavía estaba por encima de los 110 millones, incluso 112 millones”, explicó en la radio pública este domingo el diputado asociado a los socialistas René Dosière, autor de exhaustivos informes sobre el tren de vida del Elíseo, del que denunciaba los excesos en la época de Sarkozy. “Supone un ahorro sustancial del orden de entre 10 y 15 millones euros para un periodo de tres años”, añadió el político.
El Fuerte, cuyos gastos de mantenimiento se evalúan en unos 200.000 euros anuales y que permanece desierto desde que Hollande optará por pasar allí unos días en su primer verano como presidente, en 2012, pasará a ser gestionado por el Centro de los Monumentos Nacionales durante el curso del año 2014. Oficialmente, la residencia queda a disposición del presidente, pero estará abierta al público durante todo el año, a semejanza de otras mansiones presidenciales como el castillo de Rambouillet.
La decisión sella así el fin de la tradición inaugurada por Georges Pompidou de veranear en el Fuerte, situado en un islote de la costa mediterránea y que contó con el exmandatario Jacques Chirac entre sus inquilinos más adeptos. Su antecesor, François Mitterrand, prefería veranear lejos del mar pero utilizaba la residencia para recibir a mandatarios extranjeros, como lo hizo con Helmut Khol en 1985. Sarkozy, por su parte, se decantaba por la lujosa residencia privada de la familia de su esposa, Carla Bruni, en el Cap Nègre, a apenas 18 kilómetros de distancia.
Además el Elíseo planea usar más la residencia de La Lanterne, que hasta ahora no formaba parte de la dotación presidencial. Hollande pretende regularizar esta situación y asumir su gasto, dado que le ha cogido a la mansión, que cuenta con pistas de tenis y piscina y se ha convertido en su oficina de fin de semana.
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