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Blogs / Gastro
Gastronotas de Capel
Por José Carlos Capel
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El mundo en una croqueta

José Carlos Capel

Ni lujos ni alardes de ningún tipo, solo los detalles de interiorismo que les ha permitido un presupuesto limitado.

Transcurridas pocas semanas desde su traslado, ambos se muestran ilusionados con su Gastrocroquetería (www.gastrocroqueteria.com), próxima a la Gran Vía madrileña.

Igual que siempre, en sus mesas se degustan tapas, cazuelitas y raciones a precios moderados. Y como complemento dos atractivos menús.

Sin embargo, detrás de las primeras apariencias su cocina esconde un trasfondo de interés.

Si lo he visitado dos veces seguidas no es solo porque me gustan las croquetas, sino por la creatividad que Chema desarrolla con este bocado fetiche de nuestra cocina familiar.

En la carta ensaladilla, migas, tallarines, mini hamburguesas y otros platos desenfadados que resuelve con acierto.

Aún así, nada tan sugerente como las croquetas, su gran especialidad.

¿De jamón? Por supuesto. Y también de sobrasada, de sepia en su tinta y de otros gustos, como si se tratara de un puesto de helados.

Soler arranca de una curiosa premisa: todo es susceptible de ser croquetizado.

Pero lo verdaderamente original es que sus croquetas, presentadas de mil maneras, rompen con los conceptos a los que estamos habituados.

Soler prepara croquetas de aperitivo, estaría bueno. O como centro de platos concebidos para compartir. También a modo de guarnición o en calidad de ingrediente principal.

Desde los aperitivos hasta los postres siempre hay croquetas destinadas a desempeñar funciones concretas.

Algunas encierran la salsa de una receta. Otras igualmente atrevidas mezclan lo dulce con lo salado.

¿Algo más?

Su imaginación alcanza a la despedida golosa, como ratifica su versión del tiramisú.

Mejor que mis palabras lo explican las fotografías que siguen.

Si alguien me pregunta si algunas de sus croquetas merecen estar en el Top, respondo de manera afirmativa.

Y eso que retengo en mi cabeza algunas magníficas como las de Casa Marcial, Casa Gerardo, Echaurren, El Corral del Indianu,Culler de Pau,Zalacaín y algunas más.

Pero esta vez la cosa no va por ahí.

Soler demuestra que en la cocina se puede ser creativo sin ser sofisticado. Que no es imposible elaborar menús imaginativos manejando recursos limitados.

En definitiva, que a pesar de que algunos son incapaces de entenderlo, la libertad para crear y evolucionar, más viva que nunca, descansan en el corazón de nuestra cocina tradicional. En twitter:@JCCapel

Sobre la firma

José Carlos Capel
Economista. Crítico de EL PAÍS desde hace 34 años. Miembro de la Real Academia de Gastronomía y de varias cofradías gastronómicas españolas y europeas, incluida la de Gastrónomos Pobres. Fundador en 2003 del congreso de alta cocina Madrid Fusión. Tiene publicados 45 libros de literatura gastronómica. Cocina por afición, sobre todo los desayunos.

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