El arzobispo Tutu cumple 82 años sin morderse la lengua
Puede que Desmond Tutu sea el personaje sudafricano más entrañable y simpático... con permiso de su amigo Nelson Mandela, naturalmente. El arzobispo anglicano emérito de Ciudad del Cabo celebra hoy lunes su 82 cumpleaños y lo hace sin haber dejado de denunciar las injusticias de este mundo. Siempre en buena forma y con un inmejorable sentido del humor, como ha demostrado recientemente en un vídeo del fotógrafo australiano Adrian Steirn para el proyecto 21 icons.
No podía ser de otra manera y Tutu se ha encargado de que su efeméride esté cargada de actos benéficos. En la era de Twitter, quien desee felicitarlo virtualmente podrá hacerlo. En #Tutu82bdy tiene oportunidad para dejarle un mensaje.
El arzobispo y su mujer, quien el día 14 de octubre cumplirá 80 años.
La agenda de actos incluye hoy la Lectura Anual Desmond Tutu en la Universidad de Western Cape, en Ciudad del Cabo. El ex secretario general de la ONU, el ghanés Kofi Annan, será el encargado del discurso, centrado en la paz, y precede a la mujer de Mandela, Graça Machel, y al Dalai Lama, que intervendrá a través de un mensaje vía satélite. Ambos son, junto a Mandela o el estadounidense Jimmy Carter, miembros del grupo The Elders (Los Ancianos), formado en 2007 por una docena de políticos y activistas por los derechos humanos.
Mañana, martes, su fundación homónima la Desmond y Leah Tutu organiza un chat virtual sobre una tarea que siempre estuvo en su punto de mira: la construcción de un mundo mejor. El debate empezará a las dos de la tarde hora peninsular, se puede seguir por este enlace de la página en streaming y a través de #Tutu4peace2013 es posible participar con comentarios y preguntas. Además, con motivo de su cumpleaños, la Fundación celebró el pasado sábado la donación de un campo de deportes para los estudiantes de una escuela cercana a su oficina, en Ciudad del Cabo.
Tutu es uno de los personajes más queridos y respetados en Sudáfrica. La ciudadanía le reconoce haber sido una de las voces que más se oyeron contra los años de odio y racismo del apartheid y porque, tras salir Mandela de la prisión en 1990 y con la transición democrática en marcha, abogó por el perdón entre las razas. "Sin perdón, no hay futuro", sentencia. Con Madiba acuñó la expresión "nación del arcoíris (rainbow nation)" precisamente para realzar la diversidad cultural, racial y religiosa de la Sudáfrica libre. "Estamos hechos para el amor. Sin amor, somos como una planta sin agua", ha dejado dicho este religioso que pidió a los negros oprimidos durante décadas "ser agradables con los blancos porque éstos necesitan que se redescubra su humanidad".
Mandela le encomendó la presidencia de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación en la que verdugos y víctimas se vieron las caras para juzgar los crímenes y abusos cometidos por todas las partes. Una de las actuales críticas más recurrentes al organismo es que se concedieron demasiados indultos a los blancos, que sólo tenían que mostrar un leve arrepentimiento para salvarse de un castigo. Hoy en día es un referente moral para muchos ciudadanos, incluso para los que no comparten su fe. "La verdad va a doler", acertó a decir, sin saber que en una de las vistas él mismo rompería a llorar al escuchar el testimonio de un hombre torturado por la policía racista. Tutu se quedó sin palabras y tuvo que ser consolado por sus compañeros del tribunal. No fue el único, cuentan las crónicas que las lágrimas se vieron caer por los rostros de las víctimas, el público e incluso los psicólogos.
Mandela y Tutu, Tutu y Mandela han formado un tándem que representa la mejor cara de Sudáfrica para convencer y concienciar a la comunidad internacional de las injusticias de un régimen supremacista blanco, y posteriormente, de cómo evitar enfrentamientos en una sociedad habituada a convivir con el odio y el miedo entre sus ciudadanos.
La vida de este religioso anglicano va indiscutiblemente ligada a la lucha por los derechos humanos. Obligado a vivir en un área reservada sólo para negros, el niño Desmond Mpilo creció dándose cuenta de que no tendría las mismas oportunidades que los blancos. Sin embargo, asegura que su niñez fue un periodo feliz, construyéndose sus propios juguetes ante la falta de dinero para comprárselos, y con unos profesores que, a pesar de las leyes discriminatorias y de los escasos medios, le enseñaron que podía llegar lejos si se lo proponía y trabajaba duro. “El límite es el cielo me decían”, recuerda.
Aunque sopesó ser médico, quizá fue la imagen del padre Trevor Huddleston quitándose el sombrero en presencia de su madre lo que le marcó ponerse el hábito. Era la primera vez que veía a un blanco respetar a una negra, sin educación formal y trabajadora doméstica, y pensó que la religión quizá servía para derribar el sistema injusto. Huddleston, británico de nacimiento, llegó a la Sudáfrica del apartheid en 1943, y desde su parroquia en Sophiatown luchó junto a Mandela y otros activistas contrarios al régimen en contra de los traslados forzosos de la población negra en el barrio para alojar a blancos pobres. Fue tal su compromiso con sus nuevos vecinos que cuando murió en 1988 en su tierra natal, sus cenizas fueron trasladadas a África y está enterradas en la iglesia del barrio. Todo un referente.
Hoy, a sus 82 años, sigue plantando cara a las injusticias, aunque oficialmente permanece retirado de la vida pública desde 2010. "Si eres neutral en una situación de injusticia, has escogido la posición del opresor", sostiene. Tutu criticó duramente al Gobierno sudafricano por negarle la entrada al Dalai Lama para no enfadar a los grandes socios chinos y se ha distanciado del Congreso Nacional Africano, el partido de Mandela al mando del país desde 1994, asegurando que se ha alejado de sus principios para responder a los intereses de los poderosos, dejándose atrapar por la corrupción. El arzobispo también ha denunciado una posible intervención militar en Siria, el ataque israelí en Gaza y la situación de los palestinos, las sentencias de muerte de los violadores de una joven india o la solicitud de cadena perpetua contra el militar estadounidense Bradley Manning por filtrar información a Wikileaks.
El sudafricano, con su sonrisa casi perpetua, ha apoyado los derechos de los homosexuales,
la igualdad de la mujer, al mismo tiempo que ha hecho campaña en contra del
acoso en el trabajo y la pobreza. "Me negaría ir a un cielo homofóbico. Diría que no, que preferiría ir a otro sitio", dijo el pasado mes de julio en un acto de la Asociación Nacional de Gays, en la que equiparó la discriminación de la orientación sexual con el racismo.
Asimismo, se ha postulado a favor de los métodos anticonceptivos, el aborto en casos de violación o incesto, las medidas contra el calentamiento global, e incluso ha donado células para el proyecto del genoma humano o impulsa una fundación y campañas para mitigar el impacto del VIH. Los sudafricanos saben de su faceta cómica y están acostumbrados a verlo romper el protocolo y a reírse a carcajadas. En el siguiente vídeo se atreve a explicar un chiste sobre la maternidad de la Virgen María. Está en inglés con subtítulos en francés pero para los que no se defiendan en ninguno de los idiomas, vale la pena fijarse en ese lenguaje universal que es la risa.
En 1984 recibió el Premio Nobel de la Paz, en cuya ceremonia se atrevió a cantar junto a parte de su familia una canción de lucha sudafricana en recuerdo a la batalla contra el apartheid, demostrando otra vez su carácter transgresor. Era el segundo sudafricano en recibir este reconocimiento, tras el jefe Albert Luthuli al que, para irritación del régimen de Pretoria, se le concedió en 1960. En 1993, la lista de los laureados se completaría con Mandela y el último presidente del apartheid, Federik de Klerck, ya en 1993.
Casi se puede decir que no le falta en su currículo un premio en reconocimiento a su activismo por las buenas causas. El último que le han dado es el Templeton por promover la justicia y el perdón, el pasado mes de abril. Dotado con más de doce millones de euros, Tutu anunció que repartiría el montante entre asociaciones sin ánimo de lucro. También junto a Mandela fue la imagen de una campaña publicitaria en Sudáfrica. Se podría entrar en el debate de si estas dos personalidades merecen esta utilización o si se abusa de sus figuras... pero el vídeo retrata una escena divertida de dos viejos amigos.
En 1997 le fue diagnosticado un cáncer de próstata del que se recuperó. En abril, el religioso fue ingresado durante cinco días, saltando todas las alarmas por su estado de salud. Sin embargo, su portavoz le quitó gravedad asegurando que fue tratado de una infección menor. Recientemente,
en agosto, estrenó su perfil en Twitter pocas horas antes de que sufriera un
asalto nocturno en su casa mientras él y su mujer dormían. Dicen que la violencia en Sudáfrica no perdona ni a los iconos más venerados.
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