Momento de una concentración celebrada en Bilbao contra las limitaciones a la asistencia sanitaria pública a los inmigrantes sin papeles. /LUIS ALBERTO GARCÍA
[ACTUALIZACIÓN A LAS 22h: leo con espanto la tragedia que se ha producido en Lampedusa. Podemos mirar este asunto desde la perspectiva que queramos, pero es difícil no pensar que Europa tiene una responsabilidad directa en estas muertes y en las miles que ya se han producido en el Mediterráneo. Es nuestra estupidez la que fuerza estas salidas desesperadas.]
Ayer supimos por el INE que España vuelve a ser un receptor neto de remesas de emigrantes. La constatación encaja con los estudios que sugieren que las cifras reales de emigración desde España son muy superiores a las que declara el Gobierno (700.000 entre 2008 y 2012, de acuerdo a un reciente trabajo de la investigadora del CIS Amparo González-Ferrer, frente a los 225.000 reconocidos oficialmente). La posibilidad de desarrollar una carrera profesional e incluso establecerse de manera definitiva fuera de nuestro país es dolorosamente real para muchos de nuestros compatriotas, que se enfrentan en Brasil, Estados Unidos o Inglaterra a las mismas dificultades y expectativas por las que han pasado la generación de extranjeros que recibió España entre 1995 y 2010. Quieren, sencillamente, la oportunidad de establecerse, trabajar con derechos y ver garantizados los servicios esenciales de sus familias. No se van para operarse, ni huyen de un cataclismo natural, ni pretenden subvertir el orden moral establecido con su gazpacho y su manía de hablar pegando voces.
Estas preguntas son especialmente relevantes esta semana, porque por primera vez en siete años se celebra en la ONU el Diálogo de Alto Nivel sobre Migraciones y Desarrollo. La reunión es una oportunidad única para recordar a la comunidad internacional la importancia de un asunto central del siglo XXI, sujeto a modelos institucionales bismarckianos. Entre 250 y 300 millones de personas son consideradas en este momento emigrantes económicos. Según la OIM, un 40% por ciento de ellos se desplazan entre países en desarrollo y un 22% lo hacen entre países desarrollados. La cifra de quienes se desplazan del Norte al Sur es del 5% y creciendo rápidamente. Cada uno de ellos constituye un agente activo de desarrollo para sus familias, sus países de origen y los de destino. Envían dinero a casa, emprenden, pagan impuestos, enriquecen la cultura de las comunidades de acogida y muchos retornan a sus regiones de origen más capaces, más valientes y mejor formados. Existen problemas, por supuesto, pero los beneficios son infinitamente mayores que los costes.
Por eso merecen un sistema migratorio mucho más seguro y sofisticado del que existe ahora. Mientras la comunidad internacional ha sido capaz de construir acuerdos más o menos imperfectos en materia de crímenes contra la humanidad, cambio climático o energía atómica, la movilidad internacional de trabajadores sigue sometida a todo tipo de obstáculos que incrementan el sufrimiento de quienes emigran y disminuyen los beneficios para el interés común. La paradoja es que, mientras los ministerios españoles de interior, trabajo o justicia se han negado de manera sistemática a dar pasos en la dirección correcta (para empezar, firmando el modestoConvenio de la OIT sobre Trabajadores Migrantes), nuestra cooperación oficial ha estado detrás de algunos de los experimentos más interesantes que se han producido en este campo los últimos años. El Proceso de Rabat, por ejemplo, es un esfuerzo limitado pero lúcido para establecer lazos entre las instituciones africanas y europeas responsables de la emigración (mañana tendremos en este blog una entrada de la FIIAPP, la fundación pública española que ha estado liderando este proceso).
La crisis ha empujado a las familias españolas a hacer cosas que nunca imaginaron. Una de ellas es emigrar. Aprovechamos la ocasión para ponernos en el lugar de otros y promover un modelo migratorio más justo y más inteligente.
Comentarios
Yo he sido inmigrante. Digo he sido, porque llevo más de 25 años en España y me considero tan español como cualquiera. La cuestión es, cuando yo llegué aquí vine empujado por la imagen que veíamos de España fuera, los grandes concursos, el abullición del mundo del futbol. Cualquiera que ve las noticias, los entretenimientos, el ocio, cree que esto es el paraíso. La necesidad de llegar muy alto económicamente es lo que nos trae aquí, igual que ocurriera en sus tiempo con el sueño americano. Pero ya nada es lo que fue, o lo que creía que era.http://interesproductivo.blogspot.com.es/
Oh hipocresía al ultimo grado y tan ciega a la verdad que no no quiere reconocer. Los países subdesarrollados están así porque los Europeos saquearon sus riquezas, masacraron a los indígenas y después que se salieron con las suyas y sin tener que pagar por crímenes de genocidio, se vuelven a sus casas con sus riquezass mal habidas y en pago les niegan la entrada basado más en políticas racistas que cualquier otra razón por estúpidas que sean. O tempora, o mores!
Brillante, como siempre, el artículo de Gonzalo. Desde hace casi dos años vivo y trabajo en Perú. No vine exactamente por la crisis, pero lo cierto es que me fue más fácil, en un momento dado, encontrar un trabajo en Lima que en España. En este tiempo se puede ver no solo que llegan más y más españoles. Lo interesante es quiénes y cómo llegan. Primero vinieron los directivos de grandes empresas españolas que hacían grandes inversiones en Perú. Llegaban con grandes sueldos y condiciones excelentes. Luego empezaron a llegar los ingenieros, arquitectos, directivos de empresas medianas buscando abrir mercado, porque en España estaba todo muy parado. Desde hace un tiempo, y cada vez más, hay jóvenes españoles que están llegando a buscarse la vida. Vienen, simple y llanamente, porque en España no hay trabajo y aquí sí. Y se ven enredados en la trampa de "necesitar un contrato para que les den los papeles, y necesitar los papeles para conseguir trabajo". Así, muchos acaban trabajando de lo que pueden, en temas que quedan por debajo de sus cualificaciones, con salarios bajos y con la pesadilla burocrática de los permisos. ¿Les suena de algo? Cada día mis amigos españoles de Lima me recuerdan más a mis amigos argentinos, colombianos o bolivianos de España. Con la diferencia de que en Perú, en general, se trata con aprecio a los españoles, mientras que ya sabemos cómo se trata en España, también en general, a los latinoamericanos.
Nuestros gobiernos se empeñan en perpetuar esta antigualla legal que constituye el régimen migratorio global por dos razones. Por un lado, para mantener una de las pocas prerrogativas soberanas que le quedan, la de controlar el movimiento de las personas por sus fronteras. Por otro lado, para asegurar la segmentación del mercado laboral que permite la provisión de mano de obra en condiciones de alta explotación y servidumbre en determinados sectores. La discriminación y el racismo institucional es funcional a ambas dimensiones.
Soy muy de izquierdas pero en el tema inmigración reconozco que no entiendo esta postura. ¿Como vamos a abrir fronteras si tenemos un 25% de paro? Soy de una ciudad con gran tradición téxtil que ha pasado a manos completamente de la población inmigrante china. Mucha gente autóctona con 50 años fue despedida y susbtituida por inmigrantes que cobran menos. Sin ir más lejos, delante de mi casa hay unos chinos viviendo y trabajando en un local. ¿Debemos competir contra ellos? ¿Debemos aceptar sus condiciones laborales clandestinas y decimonónicas para poder tener trabajo? Gran parte del paro en España está protagonizado por personas no cualificadas que deben competir con inmigrantes desesperados que se conforman con vivir acinadas y trabajar 12 horas para hacerse una casita en su pueblo. No tiene sentido defender el derecho a un trabajo y una vivienda digna y permitir una devaluación del mercado laboral de este calibre. Los principales beneficiados son las empresas tipo Zara o El Corte Inglés y les estamos siguiendo el juego.
que bonito.... que tonterias tan gratuitas. no llores y ofrece soluciones. ¿que propones?
Desde luego es una pena/vergüenza que siga muriendo gente intentado cruzar fronteras para buscar una vida mejor.
Precisamente por haber aceptado 6 millones de inmigrantes nos vemos ahora en la necesidad de emigrar.
Creo sinceramente que todo lo que Gonzalo afirma es muchísimo más complejo que el "simple buenismo" que todos llevamos dentro. Reunir mente y corazón en las cosas es bueno, y quizás más aún en un tema como el de la inmigración "SIN PAPALES" y sin más. Las caras del problema son de carácter sociológico y psicológico, histórico, religioso, tradicional, de sexos, de razas, de lenguas, de culturas..., y todavía no se han agotado las aristas. LO que no puede ser es que, de pronto, no existan el derecho y orden internacionales, ni las soberanías con sus correspondientes fronteras, ni la potestad de regir o gobernar los países según criterios propios, se acierte o no... Hacer tabla rasa de todo esto significa el todo vale para inmigrar, esa decir, vale llegar, dar una patada en la puerta, y exigir e imponer (porque no hay trabajo) que te vistan, que te den de comer, que te formen y te curen. Crear esta expectativa meramente "buenista" es, me parece a mí, no estar en quid de la cuestión. Más valdría PROPONER O AUSPICIAR UN GRAN PLAN INNOVADOR de empresas mixtas en y con los países migrantes, instaurar Escuelas-Talleres múltiples y útiles, establecer cursos permanentes de naturaleza primaria según cada país, y sin excluir tampoco, como no podía ser de otra manera, BECAS que permitan a un nº de muchachos formarse en las Universidades de los países RICOS Y PODEROSOS. El hilván estaría trazado. Llevarlo a la práctica correspondería, ya a la ONU, ya a los países adecuados para llevar a cabo una construcción del FUTURO mejor repartido y con responsabilidades compartidas. ¿ Sería posible, mi señor don Gonzalo...? Saludos cordiales.
Me agradaría ver que el mundo sea como imaginaba John Lennon en "Image": Un mundo sin fronteras. Es un bello pensamiento, pero actualmente impracticable. Los países son territorios delimitados, donde sus ocupantes necesitan contar con un cierto orden, recursos, control de la administración, etc. Aún los países mejor organizados y con los mejores recursos tienen problemas internos. Si a esto le sumamos un ingreso descontrolado de inmigrantes, la situación empeorará. No es cuestión de pedir flexibilidad inmigratoria cuando nos conviene y endurecerlas cuando no nos conviene, manteniendo políticas hipócritas. La única solución válida es organizar el país para que la gente tenga trabajo y no tenga que emigrar.
Yo he sido inmigrante. Digo he sido, porque llevo más de 25 años en España y me considero tan español como cualquiera. La cuestión es, cuando yo llegué aquí vine empujado por la imagen que veíamos de España fuera, los grandes concursos, el abullición del mundo del futbol. Cualquiera que ve las noticias, los entretenimientos, el ocio, cree que esto es el paraíso. La necesidad de llegar muy alto económicamente es lo que nos trae aquí, igual que ocurriera en sus tiempo con el sueño americano. Pero ya nada es lo que fue, o lo que creía que era.http://interesproductivo.blogspot.com.es/
Oh hipocresía al ultimo grado y tan ciega a la verdad que no no quiere reconocer. Los países subdesarrollados están así porque los Europeos saquearon sus riquezas, masacraron a los indígenas y después que se salieron con las suyas y sin tener que pagar por crímenes de genocidio, se vuelven a sus casas con sus riquezass mal habidas y en pago les niegan la entrada basado más en políticas racistas que cualquier otra razón por estúpidas que sean. O tempora, o mores!
Brillante, como siempre, el artículo de Gonzalo. Desde hace casi dos años vivo y trabajo en Perú. No vine exactamente por la crisis, pero lo cierto es que me fue más fácil, en un momento dado, encontrar un trabajo en Lima que en España. En este tiempo se puede ver no solo que llegan más y más españoles. Lo interesante es quiénes y cómo llegan. Primero vinieron los directivos de grandes empresas españolas que hacían grandes inversiones en Perú. Llegaban con grandes sueldos y condiciones excelentes. Luego empezaron a llegar los ingenieros, arquitectos, directivos de empresas medianas buscando abrir mercado, porque en España estaba todo muy parado. Desde hace un tiempo, y cada vez más, hay jóvenes españoles que están llegando a buscarse la vida. Vienen, simple y llanamente, porque en España no hay trabajo y aquí sí. Y se ven enredados en la trampa de "necesitar un contrato para que les den los papeles, y necesitar los papeles para conseguir trabajo". Así, muchos acaban trabajando de lo que pueden, en temas que quedan por debajo de sus cualificaciones, con salarios bajos y con la pesadilla burocrática de los permisos. ¿Les suena de algo? Cada día mis amigos españoles de Lima me recuerdan más a mis amigos argentinos, colombianos o bolivianos de España. Con la diferencia de que en Perú, en general, se trata con aprecio a los españoles, mientras que ya sabemos cómo se trata en España, también en general, a los latinoamericanos.
Nuestros gobiernos se empeñan en perpetuar esta antigualla legal que constituye el régimen migratorio global por dos razones. Por un lado, para mantener una de las pocas prerrogativas soberanas que le quedan, la de controlar el movimiento de las personas por sus fronteras. Por otro lado, para asegurar la segmentación del mercado laboral que permite la provisión de mano de obra en condiciones de alta explotación y servidumbre en determinados sectores. La discriminación y el racismo institucional es funcional a ambas dimensiones.
Soy muy de izquierdas pero en el tema inmigración reconozco que no entiendo esta postura. ¿Como vamos a abrir fronteras si tenemos un 25% de paro? Soy de una ciudad con gran tradición téxtil que ha pasado a manos completamente de la población inmigrante china. Mucha gente autóctona con 50 años fue despedida y susbtituida por inmigrantes que cobran menos. Sin ir más lejos, delante de mi casa hay unos chinos viviendo y trabajando en un local. ¿Debemos competir contra ellos? ¿Debemos aceptar sus condiciones laborales clandestinas y decimonónicas para poder tener trabajo? Gran parte del paro en España está protagonizado por personas no cualificadas que deben competir con inmigrantes desesperados que se conforman con vivir acinadas y trabajar 12 horas para hacerse una casita en su pueblo. No tiene sentido defender el derecho a un trabajo y una vivienda digna y permitir una devaluación del mercado laboral de este calibre. Los principales beneficiados son las empresas tipo Zara o El Corte Inglés y les estamos siguiendo el juego.
que bonito.... que tonterias tan gratuitas. no llores y ofrece soluciones. ¿que propones?
Desde luego es una pena/vergüenza que siga muriendo gente intentado cruzar fronteras para buscar una vida mejor.
Precisamente por haber aceptado 6 millones de inmigrantes nos vemos ahora en la necesidad de emigrar.
Creo sinceramente que todo lo que Gonzalo afirma es muchísimo más complejo que el "simple buenismo" que todos llevamos dentro. Reunir mente y corazón en las cosas es bueno, y quizás más aún en un tema como el de la inmigración "SIN PAPALES" y sin más. Las caras del problema son de carácter sociológico y psicológico, histórico, religioso, tradicional, de sexos, de razas, de lenguas, de culturas..., y todavía no se han agotado las aristas. LO que no puede ser es que, de pronto, no existan el derecho y orden internacionales, ni las soberanías con sus correspondientes fronteras, ni la potestad de regir o gobernar los países según criterios propios, se acierte o no... Hacer tabla rasa de todo esto significa el todo vale para inmigrar, esa decir, vale llegar, dar una patada en la puerta, y exigir e imponer (porque no hay trabajo) que te vistan, que te den de comer, que te formen y te curen. Crear esta expectativa meramente "buenista" es, me parece a mí, no estar en quid de la cuestión. Más valdría PROPONER O AUSPICIAR UN GRAN PLAN INNOVADOR de empresas mixtas en y con los países migrantes, instaurar Escuelas-Talleres múltiples y útiles, establecer cursos permanentes de naturaleza primaria según cada país, y sin excluir tampoco, como no podía ser de otra manera, BECAS que permitan a un nº de muchachos formarse en las Universidades de los países RICOS Y PODEROSOS. El hilván estaría trazado. Llevarlo a la práctica correspondería, ya a la ONU, ya a los países adecuados para llevar a cabo una construcción del FUTURO mejor repartido y con responsabilidades compartidas. ¿ Sería posible, mi señor don Gonzalo...? Saludos cordiales.
Me agradaría ver que el mundo sea como imaginaba John Lennon en "Image": Un mundo sin fronteras. Es un bello pensamiento, pero actualmente impracticable. Los países son territorios delimitados, donde sus ocupantes necesitan contar con un cierto orden, recursos, control de la administración, etc. Aún los países mejor organizados y con los mejores recursos tienen problemas internos. Si a esto le sumamos un ingreso descontrolado de inmigrantes, la situación empeorará. No es cuestión de pedir flexibilidad inmigratoria cuando nos conviene y endurecerlas cuando no nos conviene, manteniendo políticas hipócritas. La única solución válida es organizar el país para que la gente tenga trabajo y no tenga que emigrar.
Yo he sido inmigrante. Digo he sido, porque llevo más de 25 años en España y me considero tan español como cualquiera. La cuestión es, cuando yo llegué aquí vine empujado por la imagen que veíamos de España fuera, los grandes concursos, el abullición del mundo del futbol. Cualquiera que ve las noticias, los entretenimientos, el ocio, cree que esto es el paraíso. La necesidad de llegar muy alto económicamente es lo que nos trae aquí, igual que ocurriera en sus tiempo con el sueño americano. Pero ya nada es lo que fue, o lo que creía que era.http://interesproductivo.blogspot.com.es/
Oh hipocresía al ultimo grado y tan ciega a la verdad que no no quiere reconocer. Los países subdesarrollados están así porque los Europeos saquearon sus riquezas, masacraron a los indígenas y después que se salieron con las suyas y sin tener que pagar por crímenes de genocidio, se vuelven a sus casas con sus riquezass mal habidas y en pago les niegan la entrada basado más en políticas racistas que cualquier otra razón por estúpidas que sean. O tempora, o mores!
Brillante, como siempre, el artículo de Gonzalo. Desde hace casi dos años vivo y trabajo en Perú. No vine exactamente por la crisis, pero lo cierto es que me fue más fácil, en un momento dado, encontrar un trabajo en Lima que en España. En este tiempo se puede ver no solo que llegan más y más españoles. Lo interesante es quiénes y cómo llegan. Primero vinieron los directivos de grandes empresas españolas que hacían grandes inversiones en Perú. Llegaban con grandes sueldos y condiciones excelentes. Luego empezaron a llegar los ingenieros, arquitectos, directivos de empresas medianas buscando abrir mercado, porque en España estaba todo muy parado. Desde hace un tiempo, y cada vez más, hay jóvenes españoles que están llegando a buscarse la vida. Vienen, simple y llanamente, porque en España no hay trabajo y aquí sí. Y se ven enredados en la trampa de "necesitar un contrato para que les den los papeles, y necesitar los papeles para conseguir trabajo". Así, muchos acaban trabajando de lo que pueden, en temas que quedan por debajo de sus cualificaciones, con salarios bajos y con la pesadilla burocrática de los permisos. ¿Les suena de algo? Cada día mis amigos españoles de Lima me recuerdan más a mis amigos argentinos, colombianos o bolivianos de España. Con la diferencia de que en Perú, en general, se trata con aprecio a los españoles, mientras que ya sabemos cómo se trata en España, también en general, a los latinoamericanos.
Nuestros gobiernos se empeñan en perpetuar esta antigualla legal que constituye el régimen migratorio global por dos razones. Por un lado, para mantener una de las pocas prerrogativas soberanas que le quedan, la de controlar el movimiento de las personas por sus fronteras. Por otro lado, para asegurar la segmentación del mercado laboral que permite la provisión de mano de obra en condiciones de alta explotación y servidumbre en determinados sectores. La discriminación y el racismo institucional es funcional a ambas dimensiones.
Soy muy de izquierdas pero en el tema inmigración reconozco que no entiendo esta postura. ¿Como vamos a abrir fronteras si tenemos un 25% de paro? Soy de una ciudad con gran tradición téxtil que ha pasado a manos completamente de la población inmigrante china. Mucha gente autóctona con 50 años fue despedida y susbtituida por inmigrantes que cobran menos. Sin ir más lejos, delante de mi casa hay unos chinos viviendo y trabajando en un local. ¿Debemos competir contra ellos? ¿Debemos aceptar sus condiciones laborales clandestinas y decimonónicas para poder tener trabajo? Gran parte del paro en España está protagonizado por personas no cualificadas que deben competir con inmigrantes desesperados que se conforman con vivir acinadas y trabajar 12 horas para hacerse una casita en su pueblo. No tiene sentido defender el derecho a un trabajo y una vivienda digna y permitir una devaluación del mercado laboral de este calibre. Los principales beneficiados son las empresas tipo Zara o El Corte Inglés y les estamos siguiendo el juego.
que bonito.... que tonterias tan gratuitas. no llores y ofrece soluciones. ¿que propones?
Desde luego es una pena/vergüenza que siga muriendo gente intentado cruzar fronteras para buscar una vida mejor.
Precisamente por haber aceptado 6 millones de inmigrantes nos vemos ahora en la necesidad de emigrar.
Creo sinceramente que todo lo que Gonzalo afirma es muchísimo más complejo que el "simple buenismo" que todos llevamos dentro. Reunir mente y corazón en las cosas es bueno, y quizás más aún en un tema como el de la inmigración "SIN PAPALES" y sin más. Las caras del problema son de carácter sociológico y psicológico, histórico, religioso, tradicional, de sexos, de razas, de lenguas, de culturas..., y todavía no se han agotado las aristas. LO que no puede ser es que, de pronto, no existan el derecho y orden internacionales, ni las soberanías con sus correspondientes fronteras, ni la potestad de regir o gobernar los países según criterios propios, se acierte o no... Hacer tabla rasa de todo esto significa el todo vale para inmigrar, esa decir, vale llegar, dar una patada en la puerta, y exigir e imponer (porque no hay trabajo) que te vistan, que te den de comer, que te formen y te curen. Crear esta expectativa meramente "buenista" es, me parece a mí, no estar en quid de la cuestión. Más valdría PROPONER O AUSPICIAR UN GRAN PLAN INNOVADOR de empresas mixtas en y con los países migrantes, instaurar Escuelas-Talleres múltiples y útiles, establecer cursos permanentes de naturaleza primaria según cada país, y sin excluir tampoco, como no podía ser de otra manera, BECAS que permitan a un nº de muchachos formarse en las Universidades de los países RICOS Y PODEROSOS. El hilván estaría trazado. Llevarlo a la práctica correspondería, ya a la ONU, ya a los países adecuados para llevar a cabo una construcción del FUTURO mejor repartido y con responsabilidades compartidas. ¿ Sería posible, mi señor don Gonzalo...? Saludos cordiales.
Me agradaría ver que el mundo sea como imaginaba John Lennon en "Image": Un mundo sin fronteras. Es un bello pensamiento, pero actualmente impracticable. Los países son territorios delimitados, donde sus ocupantes necesitan contar con un cierto orden, recursos, control de la administración, etc. Aún los países mejor organizados y con los mejores recursos tienen problemas internos. Si a esto le sumamos un ingreso descontrolado de inmigrantes, la situación empeorará. No es cuestión de pedir flexibilidad inmigratoria cuando nos conviene y endurecerlas cuando no nos conviene, manteniendo políticas hipócritas. La única solución válida es organizar el país para que la gente tenga trabajo y no tenga que emigrar.
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