Polémica por la corbata con motivos taurinos de Eduardo de Inglaterra
Los animalistas británicos ponen el grito en el cielo al ver el estampado del accesorio que eligió el conde de Wessex para inaugurar una biblioteca en Liverpool
Quienes tienen la suerte o la desgracia de tener sangre real en sus venas no son libres. Cualquier palabra, decisión o movimiento es escrutado con lupa por la sociedad. Incluso algo aparentemente tan inocente como escoger la corbata con la que inaugurar una biblioteca. El príncipe Eduardo y conde de Wessex, hermano pequeño del príncipe Carlos de Inglaterra, se ha convertido en carne de tabloide al conocerse, a través de la League against cruel Sports (Liga contra los deportes crueles) que el pasado mayo acudió a inaugurar la recién renovada Biblioteca Central de Liverpool vistiendo una corbata con un estampado de toreros.
Su elección podría perfectamente haber pasado desapercibida pero según cuenta el diario Daily Mail, entre los presentes su estilismo fue algo bastante comentado y en general considerado inapropiado. El príncipe decidió acudir al acto oficial con una corbata en la que sobre un fondo azul marino se repite un motivo de toreros con traje de luces y capote celeste. No está muy claro cómo la imagen de este complemento masculino llegó hasta la Liga Contra los Deportes Crueles, ni por qué se ha convertido en noticia cuatro meses después de que este miembro de la realeza británica desfilara con ella por Liverpool. La cuestión es que el príncipe Eduardo está siendo muy criticado por los miembros de esta organización que se dedica a hacer campañas contra lo que consideran deportes violentos, como la caza o el toreo. Abolir las corridas de toros ha sido siempre uno de los objetivos principales de esta organización, que a través de un portavoz ha declarado en el diario Daily Mail: “El toreo es un espectáculo increíblemente cruel y anacrónico. Nos ha decepcionado mucho ver que una figura pública de tanta influencia vista una corbata que simboliza un deporte tan bárbaro”.
No es la primera vez que el príncipe Eduardo se convierte en el objetivo de las críticas de organizaciones pro animales. En 2005 fue acusado de golpear hasta la muerte a un pato herido durante una cacería. En 2008 volvió a ser objeto de polémica al saberse que durante otra cacería golpeó a un perro que se peleaba con otro por el cadáver de un faisán. En aquella ocasión no sólo se pronunció la Liga Contra los Deportes Crueles si no también la organización Animal Aid, que declaró: “Ya va siendo hora de que la realeza capte el mensaje del público respecto a las cacerías de pájaros, que son un deporte repelente”.
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