Intolerancia
El ataque de un grupo de neonazis a la librería Blanquerna de Madrid el pasado 11 de septiembre merece la condena y el rechazo sin paliativos por parte de todos los demócratas. Pero la misma actitud de repulsa se debe tener con los actos intolerantes, y muchas veces violentos, de grupos ultranacionalistas catalanes hacia personas o partidos que no comulgan con sus creencias y deseos.
Hemos visto en Cataluña bastantes sedes de partidos atacadas con reiteración y a conferenciantes que han sido interrumpidos con gritos o que ni siquiera han podido realizar sus actos previstos en algunas universidades catalanas. Todos los demócratas sin excepción deberían condenar y perseguir con la misma firmeza esos actos de intolerancia, procedan de donde procedan y sean quienes sean sus autores.— Carlos Bravo Suárez. Graus, Huesca.
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