Carla Bruni deja atrás el estrés y disfruta del verano con Sarkozy
La ex primera dama de Francia se relaja en conciertos y playas en la Costa Azul
Casi dos años después de dar a luz a su segunda hija, y primera con su marido actual, el expresidente francés Nicolas Sarkozy, la exmodelo Carla Bruni vuelve a mostrar su perfecta silueta en las playas de la Costa Azul, donde veranea con su marido. La expareja presidencial disfruta este mes de un tiempo de descanso tras un año algo agitado, entre algún que otro susto judicial, amenazas de bancarrota para el partido de Sarkozy y su consecuente posible retorno a la política, y, sobre todo, la salida del cuarto disco de la cantante, Little French Songs. Pasado el periodo estival, la exmodelo iniciará en otoño una gran gira de conciertos de promoción de su último trabajo.
Este fin de semana, la pareja se erigió como la gran protagonista del concierto del cantante Julien Clerc, quien actuaba en el Festival de Ramatuelle, una localidad de la zona y que casualmente también es un amigo íntimo de la exmodelo. Un Nicolas Sarkozy con un moreno envidiable y barba de tres días, y una Carla Bruni que lucía un vaquero muy casual y camisa hippie, recibieron una salva de aplausos —aunque también algún que otro silbido— cuando aparecieron por sorpresa entre el público que asistía al recital el sábado por la noche.
“Nuestra llegada ha sido un poco improvisada”, aseguró Bruni al entrar. La cantante se ha declarado repetidas veces muy fan de su amigo Clerc, con quien ha colaborado musicalmente en varias ocasiones. Esta vez, la ex primera dama manifestó su entusiasmo al finalizar el espectáculo: “Ha sido un concierto magnífico en un escenario magnífico”, dijo a los medios de comunicación que se le acercaron antes de abandonar el recinto. Sin perder oportunidad de aparecer, su marido agregó: “¡Al fin! Qué gusto estar aquí. Espero que no estemos molestando...”. La broma del expresidente fue celebrada por su destinataria, la presidenta del festival, Jacqueline Franjou, que se mostró encantada de contar con tan célebres asistentes.
Pero el protagonismo de la escultural ex primera dama no acaba aquí. Con biquini blanco a lo Ursula Andress, la melena suelta, gafas de sol y unas aletas en la mano, Bruni apareció también este fin de semana junto al mar azul del Mediterráneo, en una imagen que demuestra lo bien que se ha recuperado del embarazo de Giulia. Unos días antes, Sarkozy había aparecido montando en bicicleta por los alrededores de la mansión Bruni Tedeschi en el Cap Nègre, cerca de Saint-Tropez, donde la familia acostumbra a veranear año tras año.
Son estos unos días para olvidar las polémicas que la ex primera dama sigue generando a pesar de haber abandonado ya el Elíseo. A principios del verano eran los empleados de Air France los que protestaban porque viajó gratis a Nueva York a bordo de la aerolínea nacional, algo habitual para los expresidentes y sus familiares. Aunque habitualmente deben pagar las tasas de aeropuerto y en su caso corrió a cuenta de la empresa. Además, la cantante había cruzado el charco para promocionar su disco, por lo que la lógica hubiera sido que el viaje lo costeara la productora.
Más recientemente, ha tenido que reaccionar a una petición que circula en la plataforma change.org en Internet y que la semana pasada superó las 100.000 firmas. Los internautas le reclaman que reembolse los 410.000 euros que costó la creación de la página de Internet dedicada a su Fundación cuando era primera dama y que según el informe del Tribunal de Cuentas fue financiado con dinero público, como gasto de comunicación. “Todos los contenidos visibles en esta web han sido íntegramente financiados por la Fundación. De ninguna manera se ha utilizado dinero del Estado o de cualquier entidad exterior a la Fundación, y eso desde su creación", desmintió la cantante en un mensaje colgado en la web.
Son unos días también para descansar, en un año muy intenso para Bruni, que hace unos meses, liberada de la disciplina del Elíseo, volvió a su primer trabajo, al convertirse en embajadora de la colección de alta joyería Diva, de Bulgari. A esto se suman las numerosas entrevistas concedidas con motivo de la publicación de su disco, en las que no ha podido evitar referirse a su pasado más reciente: el de mujer del presidente.
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