PSY y su gran amigo, el vodka
El rapero más famoso de Corea del Sur, autor de ‘Gangnam Style’, confiesa su alcoholismo. “Si estoy feliz, bebo. Si estoy triste, bebo”
El alcohol es un elemento intrínseco de las culturas de Extremo Oriente, donde su consumo se exacerba entre la gente de mediana edad como forma de socialización, sobre todo en el entorno laboral. Desde China a Japón, con un desvío para incluir Mongolia, el alcoholismo es un problema grave y en auge. Al parecer, Corea del Sur tampoco se libra. La hermana capitalista de la península consume anualmente casi 12 litros de alcohol puro por habitante de más de 15 años, dos litros más que España.
Y las celebridades también caen en las redes de la bebida. Así lo ha demostrado su estrella más célebre, PSY. El rapero, autor de ‘Gangnam Style’, reconoció al rotativo británico Sunday Times su adicción al alcohol, que se suma a la del tabaco. “Si estoy feliz, bebo. Si estoy triste, bebo. Si llueve, bebo. Si hace sol, bebo”, aseguró el pasado domingo en una conversación para la que había preparado tres paquetes de tabaco. “El único momento en el que no bebo es cuando estoy de resaca. Y eso es muy a menudo”.
Las declaraciones han caído como un jarro de agua fría en su país natal, donde la megaestrella de la música sigue cosechando éxitos. Su último trabajo, ‘Gentleman’, sigue la estela del anterior ‘hit’. Aunque será difícil que supere los más de 1.700 millones de visitas que lleva ya su baile del caballo -el vídeo más visto de la historia de YouTube-, ya suma casi 500 millones. Más que suficiente para convertirse en un ídolo de masas para una juventud que ahora lo mira con recelo. “Es una pena. Podría haber sido un modelo muy interesante para nosotros, porque ha trabajado muy duro y ha conseguido que el K-Pop sea reconocido en todo el mundo”, comenta a EL PAÍS Youseon Kim, una fan de PSY que se siente “dolida por su conducta pero contenta porque haya sacado a la luz un problema que muchos sufren en silencio”.
De hecho, PSY, seudónimo artístico de Park Jae-sang (Seúl, 1977), asegura que su mejor amigo y su compañero de vicio es el vodka. El vodka coreano, eso sí. Pero, con un profundo suspiro, contó al rotativo británico que tampoco hace ascos a la amistad del “whisky, el tequila, y lo que sea”. Al parecer, según el autor de la entrevista, su comportamiento podría estar relacionado con traumas de la infancia causados por un padre violento que abusaba de él, le daba palizas incluso cuando ya era adulto, y por las consecuencias del consumo de drogas.
En 2001 acabó en la cárcel por posesión de marihuana. Estuvo sólo 25 días, pero su abuelo murió mientras él se encontraba entre rejas, y todavía no ha sido capaz de superar ese triste episodio. “Lo quería mucho, y no pude estar en su funeral. Es algo que nunca me perdonaré”, contó en otra entrevista concedida a la revista estadounidense Star. Afortunadamente para él, afirma que se considera “una persona positiva”. Como han apuntado numerosos fans en las redes sociales, eso, y que haya hecho público su alcoholismo, son dos primeros pasos importantes para dejarlo atrás.
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