No se explica
El presidente del Gobierno no se explica. Se esconde tras las trincheras mientras en campo abierto se desata una de las peores guerras que ha vivido la democracia española desde la Transición. Sin embargo, en ocasiones asoma la cabeza —desde su posición privilegiada— y recita discursos más enfocados a los licenciados en Derecho que a la mayoría de la población.
El presidente del Gobierno no habla claro. Sus palabras, lejos de dar una explicación coherente de la grave situación, se limitan a introducir al oyente en una espiral de términos jurídicos hasta el punto que pierde totalmente la noción de la pregunta.
Claro que la reacción de la sociedad española tampoco se explica. Gracias a la globalización, el argumento de que “en Alemania esto no pasaría” está en boca de muchos, pero en mente de muy pocos. ¿Dimitirían los ministros alemanes envueltos en tramas de corrupción si la ciudadanía no estuviera pendiente de ellos?— Jorge Redondo Caballero.
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