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Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

La pobreza infantil vuelve al Congreso

Esta entrada ha sido escrita por Marta Arias (@MartAriasRobles), responsable de Sensibilización de UNICEF España.

En el Pleno del Congreso de los Diputados de ayer se volvió a hablar de pobreza infantil en España. Y, a pesar de las diferencias de enfoque, todos los grupos parlamentarios se pusieron de acuerdo para destacar la gravedad de la situación y hacer un llamamiento a la acción dirigido al Gobierno español. Sin duda alguna, este es un hecho positivo, como también lo es que distintas administraciones públicas se hayan adelantado empezando a tomar medidas concretas para atender a aquellos niños que afrontan situaciones más complicadas con la llegada del verano y el cierre de los comedores escolares.

A veces, cuando trabajas en temas de este tipo, te encuentras en momentos como este con una sensación extraña. Por un lado, la satisfacción de ver que la causa por la que llevas movilizándote los últimos años se vea por fin reflejada en la opinión pública y los espacios de toma de decisiones, paso imprescindible para empezar a ver empezar a ver cambios en la vida de los niños más vulnerables. Por otro, la frustración del tiempo perdido, la lentitud con la que la maquinaria se mueve frente a algo tan imperioso como son las necesidades cotidianas de los más de dos millones de niños que viven en nuestro país por debajo del umbral de la pobreza.

De hecho, el asunto de los plazos fue uno de los motivos de discusión en el debate de ayer, al establecer la Proposición no de Ley un margen de 6 meses al Gobierno para incluir medidas específicas contra la pobreza infantil en el Plan Nacional de Inclusión Social que está elaborando. Aunque se ha generado alguna confusión al respecto, lo cierto es que el proceso de elaboración del Plan está en marcha desde hace tiempo sin fecha concreta, por lo que la aprobación de ayer en el Pleno tiene la virtud de poner un horizonte más concreto, si bien se queda lejos sin duda de dar la respuesta urgente que necesitan los niños.

Pero, si me lo permiten, vamos a ser prácticos. El Plan, como he mencionado, se está trabajando ya y, si se hace bien, puede suponer un gran avance. Un grupo importante de organizaciones sociales nos hemos puesto manos a la obra y hemos planteado una batería de medidas concretas contra la pobreza infantil, acordes con la Recomendación de la UE de invertir en la infancia, que esperamos sean recogidas en ese Plan. Si estas medidas se acompañan de recursos (¡imprescindible!) y se orientan a lograr resultados concretos a los que se va dando un seguimiento cercano habremos dado sin duda un paso de gigante.

Mientras tanto… ¿qué? No podemos quedarnos de brazos cruzados porque los niños, sobre todo aquellos que están en situación más complicada, no pueden esperar. En primer lugar porque sus necesidades son inmediatas, pero también porque lo que les ocurre ahora puede ser algo que acarreen durante toda su vida y es urgente atajar su impacto desde ya. Las administraciones públicas deben ejercer su papel, sin dar la espalda al problema, analizando cuál es la situación real en su ámbito de responsabilidad y tomando medidas urgentes al respecto allí donde sea necesario. Si todo va bien, el Plan Nacional dará posteriormente mayor coherencia y enfoque estratégico a las medidas tomadas y las complementará con otras, pero no hay razón que justifique esperar a su aprobación para empezar a actuar. Así como tampoco la crisis puede servirnos de excusa, antes al contrario. La crisis ha agravado la situación y por eso la acción es más urgente que nunca. Además, no nos confundamos, sólo saldremos de ella apostando por las personas, empezando por los más pequeños.

Comentarios

Hola Marta, no sé si me recuerdas, porque hace muchos años que no nos vemos. Te leo y me viene una vez más a la cabeza la sensación de que tenemos aun mucho que aprender de los paises "menos desarrollados". Yo he estado trabajando un tiempo en Ecuador, donde hay un grave problema de desnutrición infantil. Allí se ha "redescubierto" el valor nutritivo de algunos cultivos tradicionales indígenas, como la quinua y el amaranto. Y gracias a ellos muchos niños están saliendo de la desnutrición. Aquí , como en Ecuador, también existe un problema que agrava la situación nutricional de los menores, y son las malas costumbres alimenticias. Todos pensamos en que no hay para carne y por tanto no tenemos como darle a los niños las proteinas necesasrias, sin embargo, podemos obtener proteinas mezclando legumbres y cereales -lentejas y arroz, por ejemplo - estoy segura de que sería de gran ayuda, y además aplicable a corto plazo, una estrategia de educación en nutrición, con las claves para poder alimentar adecuadamente a los niños incluso cuando no tenemos muchos recursos. Si en Ecuador pueden hacerlo los campesinos indígenas - y pobres - no veo por qué aquí no.... Un abrazo y enhorabuena por tu trabajo.
Te felicito por tu buen artículo, Marta. Han pasado algo más de dos meses y la realidad es que no ha cambiado nada esta urgencia, más bien se está agravando con más familias sin acceso a las necesidades básicas. No digo que el trabajo de las organizaciones como la vuestra, no estén haciendo nada, al contrario, hoy por hoy, sois los únicos que estáis respondiendo, más evidentemente, sin la implicación del gobierno, a través de los canales de atención social, no es suficiente. Aunque lo valoro, mas me queda la duda, si ellos lo valoran. Porque, dime, ¿qué ha quedado de todo ese plan de medidas concretas para paliar esta situación?. Es triste, pero sólo fueron palabras para quedar bien...Felicito también a Maite Catalá, por su comentario excelente al respecto, con un ejemplo muy claro y útil para las familias, que sería interesante algún canal del gobierno hubiera leído, y favorecer la entrega de estos alimentos básicos a las familias necesitadas, ya que realmente, el coste no sería superior a alguna de esas cenas con socios y cargos públicos que suelen hacer (me remito por ej. a la cena del sindicato UGT que se dieron no hace mucho, por un importe de doce mil euros..., y eso no es nada, comparados con los gastos en "cosas sociales" que se gasta la Comunidad de Madrid... Da pena estas cosas.Gracias a las dos por vuestras aportaciones, aunque, tristemente, no hayan servido para mover conciencias.Saludos, tengan alegrías.
Hola Marta, no sé si me recuerdas, porque hace muchos años que no nos vemos. Te leo y me viene una vez más a la cabeza la sensación de que tenemos aun mucho que aprender de los paises "menos desarrollados". Yo he estado trabajando un tiempo en Ecuador, donde hay un grave problema de desnutrición infantil. Allí se ha "redescubierto" el valor nutritivo de algunos cultivos tradicionales indígenas, como la quinua y el amaranto. Y gracias a ellos muchos niños están saliendo de la desnutrición. Aquí , como en Ecuador, también existe un problema que agrava la situación nutricional de los menores, y son las malas costumbres alimenticias. Todos pensamos en que no hay para carne y por tanto no tenemos como darle a los niños las proteinas necesasrias, sin embargo, podemos obtener proteinas mezclando legumbres y cereales -lentejas y arroz, por ejemplo - estoy segura de que sería de gran ayuda, y además aplicable a corto plazo, una estrategia de educación en nutrición, con las claves para poder alimentar adecuadamente a los niños incluso cuando no tenemos muchos recursos. Si en Ecuador pueden hacerlo los campesinos indígenas - y pobres - no veo por qué aquí no.... Un abrazo y enhorabuena por tu trabajo.
Te felicito por tu buen artículo, Marta. Han pasado algo más de dos meses y la realidad es que no ha cambiado nada esta urgencia, más bien se está agravando con más familias sin acceso a las necesidades básicas. No digo que el trabajo de las organizaciones como la vuestra, no estén haciendo nada, al contrario, hoy por hoy, sois los únicos que estáis respondiendo, más evidentemente, sin la implicación del gobierno, a través de los canales de atención social, no es suficiente. Aunque lo valoro, mas me queda la duda, si ellos lo valoran. Porque, dime, ¿qué ha quedado de todo ese plan de medidas concretas para paliar esta situación?. Es triste, pero sólo fueron palabras para quedar bien...Felicito también a Maite Catalá, por su comentario excelente al respecto, con un ejemplo muy claro y útil para las familias, que sería interesante algún canal del gobierno hubiera leído, y favorecer la entrega de estos alimentos básicos a las familias necesitadas, ya que realmente, el coste no sería superior a alguna de esas cenas con socios y cargos públicos que suelen hacer (me remito por ej. a la cena del sindicato UGT que se dieron no hace mucho, por un importe de doce mil euros..., y eso no es nada, comparados con los gastos en "cosas sociales" que se gasta la Comunidad de Madrid... Da pena estas cosas.Gracias a las dos por vuestras aportaciones, aunque, tristemente, no hayan servido para mover conciencias.Saludos, tengan alegrías.
Hola Marta, no sé si me recuerdas, porque hace muchos años que no nos vemos. Te leo y me viene una vez más a la cabeza la sensación de que tenemos aun mucho que aprender de los paises "menos desarrollados". Yo he estado trabajando un tiempo en Ecuador, donde hay un grave problema de desnutrición infantil. Allí se ha "redescubierto" el valor nutritivo de algunos cultivos tradicionales indígenas, como la quinua y el amaranto. Y gracias a ellos muchos niños están saliendo de la desnutrición. Aquí , como en Ecuador, también existe un problema que agrava la situación nutricional de los menores, y son las malas costumbres alimenticias. Todos pensamos en que no hay para carne y por tanto no tenemos como darle a los niños las proteinas necesasrias, sin embargo, podemos obtener proteinas mezclando legumbres y cereales -lentejas y arroz, por ejemplo - estoy segura de que sería de gran ayuda, y además aplicable a corto plazo, una estrategia de educación en nutrición, con las claves para poder alimentar adecuadamente a los niños incluso cuando no tenemos muchos recursos. Si en Ecuador pueden hacerlo los campesinos indígenas - y pobres - no veo por qué aquí no.... Un abrazo y enhorabuena por tu trabajo.
Te felicito por tu buen artículo, Marta. Han pasado algo más de dos meses y la realidad es que no ha cambiado nada esta urgencia, más bien se está agravando con más familias sin acceso a las necesidades básicas. No digo que el trabajo de las organizaciones como la vuestra, no estén haciendo nada, al contrario, hoy por hoy, sois los únicos que estáis respondiendo, más evidentemente, sin la implicación del gobierno, a través de los canales de atención social, no es suficiente. Aunque lo valoro, mas me queda la duda, si ellos lo valoran. Porque, dime, ¿qué ha quedado de todo ese plan de medidas concretas para paliar esta situación?. Es triste, pero sólo fueron palabras para quedar bien...Felicito también a Maite Catalá, por su comentario excelente al respecto, con un ejemplo muy claro y útil para las familias, que sería interesante algún canal del gobierno hubiera leído, y favorecer la entrega de estos alimentos básicos a las familias necesitadas, ya que realmente, el coste no sería superior a alguna de esas cenas con socios y cargos públicos que suelen hacer (me remito por ej. a la cena del sindicato UGT que se dieron no hace mucho, por un importe de doce mil euros..., y eso no es nada, comparados con los gastos en "cosas sociales" que se gasta la Comunidad de Madrid... Da pena estas cosas.Gracias a las dos por vuestras aportaciones, aunque, tristemente, no hayan servido para mover conciencias.Saludos, tengan alegrías.

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