Una auténtica lista de música para 'perrear'
Cuando Jerry Leiber y Mike Stoller, posiblemente la pareja de compositores más importante que ha dado el rock’n’roll y pop norteamericanos, compusieron a toda prisa Hound Dog para Big Mama Thorton tenían claro que la cosa funcionaría. Según dijo Leiber en la autobiografía de ambos, titulada precisamente Hound Dog, la canción surgió como una luz. “Como dicen en el Sur, supimos que ese perro cazaría”, reconocía el compositor. Y así fue: en el vozarrón de la gigantesca Mama Thorton, la frase “no eres más que un perro sabueso llorando todo el tiempo” sonaba a aullido divino.
Pero no siempre se ha hecho este uso negativo de los caninos en las distintas canciones que se han compuesto en la historia. El célebre cantautor Cat Stevens, tan capaz de hablar de lo mundano con verdadera emotividad, escribió I Love My Dog, donde aseguraba que su perro lo único que necesitaba era “comida y amor”. Así de simple. Eso sí que es cantar a lo que es una buena vida perra y, en el caso del trovador Stevens, con tan solo tres acordes folkies.
Algunos, en cambio, han usado a los perros como metáforas. Otro autor del mejor folk, aunque de cuño más reciente, como Damien Rice usó a los perros, “corriendo en una mañana soleada”, como una imagen poética, cargada de simbolismo en su composición amorosa Dogs. Imposible resistirse.
Antes, el maestro del verso Bob Dylan hizo algo similar cuando en If Dogs Run Free se preguntaba, al son de las saltarinas teclas de un piano y los coros blues de Maeretha Stewart, “¿si los perros corren porque nosotros no podemos hacerlo en esta ciénaga del tiempo?”.
Otras veces los perros han sido imágenes de amores entregados, de fidelidad absoluta a la persona amada. Cat Power lo cantaba en Salty Dog diciendo en el estribillo “déjame ser tu perro saltarín”.
Igual de famoso ha sido el perro fiel de The Stooges, desprovisto de toda connotación sentimental y amorosa y cargado de rabia social. Su canción I Wanna Be Your Dog es una de las más conocidas del rock, un verdadero himno. Con esas guitarras incendiarias y esa agresividad que luego sería común en el punk, la canción, en voz de Iggy Pop, era un grito demoledor a finales de los sesenta contra la alineación en la gris e industrial Michigan. Pocos ladran con tanta divina rabia como Iggy.
Aunque el canino más famoso es el de los legendarios Led Zeppelin. Abriendo su cuarto disco, Black Dog estallaba en los reproductores de jóvenes y no tan jóvenes a comienzos de los setenta. Una composición dedicada al Labrador retriever que se paseaba por los estudios de grabación de la banda. Nunca un perro sin nombre se hizo tan célebre con ese verso tan espectacular en el arranque en la garganta de Robert Plant: “Hey hey mama”. ¿Quién no querría una canción dedicada como esta?
Y, cómo no, una de las perras más famosas de la historia también tiene su canción. Hablamos de Laika, la perrita que pasó decallejear Moscú a convertirse en agente espacial soviética. Aunque duró poco la gracia: murió a las pocas horas de despegar de nuestro planeta. No cabe duda: los rusos le hicieron una auténtica perrada a la pobre Laika, tan feliz por sus callejones. El generoso corazón de Mecano no pudo por menos que dedicarle una canción. Allí donde esté, la perrita puede saber que los autores de afilados versos como “no hay marcha en Nueva York y los jamones son de York” sacaron todo su arsenal compositivo para cantarla con pena y gratitud: “Era rusa y se llamaba Laika / ella era una perra muy normal / pasó de ser un corriente animal / a ser una estrella mundial”. A este escribiente le dan ganas de llorar y no por la perra precisamente. Pero, en fin, la aportación nacional más famosa a la música perruna aquí queda.
Los perros en canciones. Los ejemplos se recogen por decenas. Aquí solo se han comentado algunos. En la siguiente lista de reproducción de Spotify, elaborada para esta ocasión de música perruna, se citan más. Canciones de Manic Street Preachers, Rufus Thomas, Tom Waits, Eels, Slow Club, Emmylou Harris o Nick Drake también han cantado poniendo a los perros como protagonistas de sus canciones. Cualquier aportación es bienvenida.
Fernando Navarro es periodista y crítico musical de EL PAÍS, escribe el blog La Ruta Norteamericana y es autor dellibroAcordes rotos. Retazos eternos de la música norteamericana
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