En ocasiones, veo momias
Isabel Preysler y Carmen Martínez Bordiú poseídas por el Espíritu del Photoshop, entre momias egipcias y caras de Bélmez. Qué soponcio, eso es un expediente X y no la contabilidad de Génova
No me preguntes cómo —hay que tener amigos hasta en el infierno—, pero he conseguido hora con el padre Fortea, a ver si me saca a la bruja que llevo dentro. Sí, hombre, José Antonio Fortea Cucurull, uno de los 18 exorcistas autorizados que ejercen en España. Aunque, según cuenta en su blog, ahora está en el Vaticano empollando, el demonólogo de marras es presbítero de la diócesis de Alcalá de Henares. Sí, la del obispo Reig Plá El Homófobo, Dios los cría y ellos se juntan. Entre eso, un concejal ultra rebuznando en el Consistorio, y la moción de censura que iban a presentar sociatas contra peperos pasándose el veto de Tomás Gómez por el arco de Cervantes, en mi pueblo hay un ambientazo que ni en los bares de hombres que tan bien describe Su Eminencia en las homilías. No me extraña que Rouco convoque ocho plazas de exorcistas por el aumento de poseídos. Con tanto recorte y tanto estresazo, la peña está endemoniada. Los parados por defecto, y los que curran, por exceso.
Ahora, no lo digas, que te tiran piedras. Encima que trabajas, de qué diablos te quejas. ¿De que no tienes vida? ¿De que ni llegas ni alcanzas? ¿De que la conciliación es mentira? Pijadas. Si Rihanna, pobre esclava, se ingresa por cansancio extremo, queda tan sencilla y tan humana. Pero si tú le dices a tu jefe que un día vas a petar de agotamiento, eres una maruja pusilánime sin ovarios para la vida moderna. Y, encima, Gallardón poniéndonos a parir a todas. Y no sigo, que luego dicen que si me muerdo la lengua me enveneno. Porque todo este rollo era para contarte que los ansiolíticos se me han quedado más cortos que los shorts de Blanca Thyssen antes de mutar en ursulina. Y que ya estaba calibrando la idea de aplicarme un tampodka —sí, exactamente lo que piensas y por donde te imaginas—, el último grito en pedales rápidos, cuando he caído en que mejor me pulo tres gintonics en el Congreso, y así me sale más barato y me evito una cistitis.
Así que aquí me tienes, rodeada de padres y madres de la patria jurando que jamás han catado una triste Larios en este garito. Que qué se cree el pueblo, que para pelotazos están ellos, con el lío que tienen. En estas estaba cuando me he encontrado un ¡Hola! en un escaño, digo escabel, de la barra. Qué soponcio, eso es un expediente X y no la contabilidad de Génova, 13: Isabel Preysler y Carmen Martínez Bordiú poseídas por el Espíritu del Photoshop mirando a cámara con un aire entre momias egipcias y caras de Bélmez que quita el hipo del susto. “Las mujeres del momento en su entrevista más sincera”, reza el título. Lo que no dice es de qué siglo.
Porque luego, dentro, lo que viene es el típico posado apoquinado por Porcelanosa con Carlos de Inglaterra, los Duques de Alba y una horda de pijos monos haciendo bulto. Menos mal que también sale Tamarita, en gracia de Dios recién confirmada por el cardenal Rouco, que si no, ese aquelarre da más miedo que el regreso de Aznar a sus esbirros. Yo, por si acaso, he plastificado la foto de Jose Mari y me he hecho un escapulario tamaño folio para irle a Fortea con los deberes hechos.
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