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3.500 Millones
Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

Maras y sincretismo

Tumba de Monseñor Romero. foto: SL

Ya está. Apenas llevo 3 días en San Salvador y me he enamorado de una ciudad que básicamente he visitado desde el coche. San Salvador es una ciudad de casitas multicolores. Hay alguna torre de pisos pero son tan pocas que se pueden contar. El centro por el que pude pasear tranquilamente el otro día no tiene aparentemente nada especial pero la gente es sonriente y acogedora.

Esta sensación de paz choca con la supuesta violencia de la que todo el mundo te habla y que es el objeto de una gran parte de los planes de trabajo del sinfín de organizaciones no gubernamentales y organismos pro-desarrollo que hay en la ciudad. El origen de toda esa violencia serían las maras, un tema tremendamente complejo y absolutamente apasionante. El tema de las maras es recurrente por aquí. Principalmente se habla de la tregua firmada hace más de un año y que está en constante revisión y replanteo. Dentro de la opacidad de la tregua en si hay cifras contundentes que la convierten en un tema irremediable como es el descenso a la mitad del número de muertes violentas diarias que habría pasado de unos 14-16 muertos por día a unos 6-8. Ayer, un salvadoreño que trabaja en cooperación me señalaba orgulloso que El Salvador ya había conseguido en dos ocasiones firmar treguas históricas, la primera fue la que acabó con la guerra civil en 1992 y este acuerdo de paz con la maras sería la segunda.

Y dentro de este acuerdo resulta muy significativa la participación de la iglesia. Esa iglesia profundamente presente en todos los ámbitos de la vida de este país. El tema de la iglesia en El Salvador es casi tan complicado como el de las maras e igualmente apasionante. El sincretismo que rezuman algunos de los espacios de culto aquí y esa enorme implicación histórica y guerrera de la iglesia en los conflictos penetran rápidamente en los visitantes. Todos los extranjeros que hemos venido al Foro hemos pasado ya por la visita ineludible a la tumba del Monseñor Romero, asesinado en 1980. Ayer estuve también visitando el jardín de las rosas en el campus de la UCA donde descansan enterrados los 6 jesuitas asesinados en 1989 en esta universidad.

Ayer se inauguraba el foro de El Faro y su director, Carlos Dada, comentaba como este país fue un punto de reunión de periodistas de todo el mundo que venían a cubrir la guerra que fue uno de los conflictos más sangrientos de la historia de América latina. La intención es que con motivo del 15 aniversario de El Faro se vuelva a vivir ese ambiente de encuentros periodísticos. Desde las gradas y con la convicción de que necesitamos un periodismo valiente y comprometido para cambiar el mundo, me emociona pensar que tantos años después estamos aquí cerrando un ciclo y abriendo otro. Un privilegio.

Comentarios

NI MONSEÑORES ROMEROS NI ERNESTOS CARDENALES EN EL CULOQUE PAGUEN POR SUS DELITOS
Bájate del coche y disfruta de San Salvador!, date una vuelta por la zona vieja, cómete unas pupusas y tomate unas cervezas en el Photocafé con conversaciones increibles.Y no te olvides de darles recuerdos a Edgar y Enayda en el Photo ;)
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