_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Un adiós a Alfredo Landa

Te debo mucho de lo que he vivido desde el día en que me arrastraron a aquella sala para ver la que entonces era “la última de Garci”. Yo, que renegaba de ti, me quedé pasmado con el silencio con el que despachaste al desgraciado que pretendía quedarse con tu Dupont. Ese día un actor bajito y rechoncho me enseñó que no había mayor dignidad que la que muestra aquel que está acostumbrado a perder. Si. Todo lo que, después, leí en Chandler y en Hammett, me lo anticipaste tú, Germán.

Entonces ignoraba que Madrid tenía tanto cine como Nueva York, que aquí había tantos malos como allí y que un español con pinta de funcionario podía llegar a ser tan duro como el mismísimo Bogart.

Una última confesión. Nunca, a pesar de lo que creen mis amigos, he estado en Nueva York. Pero, desde aquel día, no he dejado de contar a todo el que quiera escucharme que no hay visión más bonita que el puente de Brooklyn, que no puedes dejar de ver el Madison Square Garden y que, enfrente, está la estación de Pensilvania. Ya ves Germán. Nueva York, la ciudad de Allen, de Scorsese, del Cotton Club y de Broadway, sigue siendo, para mí, la ciudad en la que Germán Areta resolvió su mejor caso. Hasta siempre Germán.— Enrique Chao Lumbreras. Madrid.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Nos toca decir un adiós más, y está vez en mayúsculas. Adiós al que fue el rey del landismo, Alfredo Landa. Gran actor que había regalado a tantas personas, entre ellas a un joven de 29 años como yo, su carrera traducida en horas y horas de felices momentos de cine, televisión o teatro. Sin duda, son innumerables sus obras tanto a nivel cómico como de cualquier otro género. Aunque a mí me “pillara” algo tarde, su espléndida encarnación de Sancho Panza en El Quijote de TVE, o bien el éxito de Lleno, por favor en Antena 3 me transportaron a un sinfín de obras que desde los años setenta dejaron huellas imborrables con el rostro de un trabajo bien hecho. Allí donde vaya le recibirán con una sonrisa. Descanse en paz.— Samuel García. Sils, Girona.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_