Iluminar con latón
Latón. Un revestimiento, apenas un material, marca el carácter de este nuevo local madrileño. Los paneles de latón plegados y retroiluminados con leds que envuelven y decoran las paredes y la barra del bar, también lo iluminan perimetralmente. Pero además, lo animan cuando los brillos tenues de esas piezas se reflejan en el cuerpo de acero inoxidable que comprende el almacén y la zona de servicios del establecimiento. Business bar por la mañana y local de copas por la noche, La Butiq ocupa el antiguo espacio de una boutique de moda en La Moraleja, a las afueras de Madrid, de la que toma el nombre. El resto se lo da el latón.
Entre medianeras, con la calle a un lado y un patio utilizable detrás, la reforma realizada por la interiorista Isabel López Vilalta consistió en darle aire al establecimiento eliminando un antiguo altillo para ganar altura y en cerrar las fachadas con vidrios translúcidos para darle ambiente y sutileza. Para el interior, la diseñadora eligió una gran barra central capaz de organizar y distribuir el espacio. El resto lo han hecho los materiales. El nuevo local busca potenciar el tacto y la sutileza. Por eso hace dialogar al acero inoxidable –arenado, al igual que los vidrios- y al latón en una conversación que favorece la iluminación indirecta.
Una lámpara, diseñada especialmente para este proyecto, corona la barra en el centro del establecimiento. Y sirve para iluminar tanto el trabajo del barman como el ocio de los comensales. El logotipo pixelado del bar, realizado por los jóvenes grafistas de Unit-co, recubre los vidrios y parte de la caja de acero que esconde los servicios vistiéndolos de un estampado clásico pero abstracto. El resto no se dirige a la vista. El suelo, de tarima de madera oscura cortada a sierra, o el falso techo con absorbente acústico hablan al tacto y al oído. La vista descansa en este local iluminado con los brillos pardos del latón.
Presupuesto según la interiorista: 2000 euros por metro cuadrado.