El paradigma Márquez

El récord de precocidad que el domingo alcanzó Marc Márquez al convertirse en el ganador más joven de la historia de MotoGP no es más que la consecuencia directa del trabajo en la sombra que las distintas federaciones autonómicas de motociclismo, bajo el paraguas de la española, llevan años realizando a partir de las plataformas de promoción. Antes de Márquez llegaron Pedrosa y Lorenzo, pero, probablemente, el mejor ejemplo para calibrar el alcance de toda esa obra sea Casey Stoner. Aunque a finales del año pasado decidiera colgar el mono prematuramente, el australiano fue, en 2007, el primer campeón del mundo de la categoría de las motos pesadas agarrado al semimanillar de una Ducati. Aquel título también corresponde al motociclismo español. El piloto de Southport es el paradigma del movimiento migratorio que en la última década se ha venido produciendo. Stoner creció en el Campeonato de España (CEV), donde Toni Elías hizo suyo el dorsal 24, Joan Olivé, el 25; Pedrosa, el 26, y él, el 27. Si Stoner llegó de las antípodas atraído por la estupenda estructura tejida en España, los chavales de toda Europa se buscan ahora la vida para acercarse a correr aquí, y no precisamente porque llueva menos que en Francia o Reino Unido, que también.

La crisis se ha cebado con este país y también con el motociclismo, donde el número total de licencias ronda hoy las 13.000, menos de una cuarta parte de las 60.000 que, por ejemplo, hay en Francia. Sin embargo, el rendimiento de ambos países no tiene nada que ver.

Pocas horas antes de este último gran premio celebrado en Austin, el circuito de Alcarràs, en Lleida, albergó una cita que congregó a 58 niños de entre 11 y 13 años, de los cuales 18 eran de fuera de España. Las familias moteras saben qué recorrido debe hacer todo aquel que aspire a emular a Márquez o a cualquiera de sus compañeros de grescas. Siendo un retaco de metro y medio, el catalán se alistó en su primera prueba del CEV, con 14 años, aunque ya gozaba de un bagaje de más de cien carreras a sus espaldas. Con esos números, no es extraño que este domingo, ocho de los nueve peldaños del podio en Texas terminaran ocupados por españoles.