Guantánamo
Es amargamente paradójico que una base naval en territorio cubano, arrendada por Estados Unidos, sirva de infierno legal para las personas allí detenidas. La ficción jurídica pretendida con la maniobra de situarlos fuera del territorio estadounidense, donde no les alcanzarían las garantías constitucionales, fue desmontada por el Tribunal Supremo consagrando su derecho a revisión judicial federal, dada la realidad práctica del control ejercido por los estadounidenses sobre esa base durante los últimos 100 años.
Ahora se enfrentan a otra realidad, la huelga de hambre en defensa de su dignidad como personas con derecho a saber su situación jurídica real y la respuesta de las autoridades de forzarlos, atados de pies y manos, a tomar alimentos por la nariz. Debe ser increíblemente doloroso y conlleva un trato inhumano y degradante que puede alcanzar el grado de tortura. Allí nadie vela por los derechos, ni supervisa las atrocidades, no hay visitas y los internos están solos, enfrentados a un agujero negro del que, pareciera, no podrán salir jamás.— Luis Peraza Parga.
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