No pienses, corre... o camina para que ellas no tengan que hacerlo
Esta entrada ha sido redactada por el atleta Chema Martínez.
Chema Martinez. Fotografía de Saviano Abreu
Tras muchos años de atletismo, olimpiadas, entrenos y competición, recientemente he publicado “No pienses, corre”, un libro en el que intento desgranar los secretos para llegar a ser un experto runner.
Escogí este título como resumen de lo que a mí me resulta clave para calzarme unas zapatillas y salir a correr: la motivación. Cada cual tiene la suya y es importante potenciarla... o no. Porque más allá del deporte, en otros países, el “No pienses, corre” tiene un cariz dramático. En otros momentos, situaciones y lugares, millones de personas caminan o corren porque no tienen más remedio. Los más de 370.000 refugiados malíes “no piensan y corren” obligados a huir de sus hogares a causa de los conflictos armados que azotan a su país; muchísimas mujeres y niñas de Burkina Faso “no piensan y andan” decenas de kilómetros diariamente, porque lo tienen que hacer, en busca del agua necesaria para subsistir, por culpa de la sequía y las crisis alimentarias que sufre la región africana del Sahel desde hace décadas.
Por eso, el “No pienses,corre”, de mi libro, me acaba llevando a otro título, a otro lema: “Camina para que ellas no tengan que hacerlo”...
Es el lema del Trailwalker, una marcha deportiva y solidaria que apoyo, y que se acerca estos días a la celebración de su tercera edición. El Trailwalker es una fiesta que nace y vive del esfuerzo de sus participantes. Casi 300 equipos integrados cada uno de ellos por cuatro personas invirtieron el pasado año hasta 32 horas para recorrer 100 kilómetros entre Olot y Sant Feliu de Guíxols (Girona). Las condiciones para experimentar la sensación de éxtasis del momento de cruzar la meta son pocas: haber recaudado un mínimo de 1.500 euros antes del 30 de marzo y que los componentes del equipo permanezcan JUNTOS desde el principio hasta el final de la marcha. No importa el crono ni hay vencedor; los únicos ganadores son los beneficiarios de esos países que, en estos momentos tan difíciles para todos, recibirán las donaciones de los participantes del Trailwalker en forma, por ejemplo, de nuevos puntos de agua que les permitirán regar adecuadamente sus cultivos, dar de comer a su ganado, producir más alimentos e incrementar sus oportunidades de prosperar y de tener una vida más fácil.
Como en muchos frentes de la vida, el placer no está en llegar, sino durante el camino a la meta. Así, antes del evento, muchos participantes venden camisetas, realizan rifas, buscan empresas patrocinadoras o “venden” kilómetros solidarios a familiares y amigos. Es el llamado crowfunding, tan habitual en otros países europeos y tan desconocido en el nuestro. Y es que en la actualidad, el Trailwalker se celebra regularmente en Hong Kong, Canadá, Gran Bretaña, Japón, Nueva Zelanda, Australia, Bélgica, Holanda, Alemania, Irlanda, Francia y La India, y habiéndose convertido en pocos años en toda una tradición. En España estamos en camino de que también lo sea. Si no te ves con ánimos de participar, al menos, acércate a verlo el 20 de abril. Merece la pena.
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