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El acento
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El héroe de Martorell

Dionisio Moreno es un humilde abogado que sin cobrar por su trabajo ha logrado la sentencia histórica europea contra el sistema de ejecución hipotecaria española

SOLEDAD CALÉS

Dionisio Moreno está abrumado. Este humilde abogado que vive solo en su casa-despacho de Martorell y que pasa dificultades para pagar su propia hipoteca comprobó el jueves pasado con cierto pasmo la cantidad de medios de comunicación que hay en España. Muchos. Y casi todos querían hablar con él; saber de su increíble gesta, la de haber dado un revolcón al Gobierno y a todo el sistema financiero y parte del judicial demostrando, mediante sentencia europea, que los procedimientos de ejecución hipotecaria son contrarios a la directiva de 1993 que prohibía las cláusulas abusivas suscritas entre profesionales (el banco en este caso) y los particulares.

Todo el trabajo realizado hasta llegar al Tribunal de Justicia de la UE, con sede en Luxemburgo, lo ha hecho gratis. Su defendido, Mohamed Aziz, que logró su ayuda debido a su amistad con el padre del abogado, dice que Moreno no le dejaba pagar ni las fotocopias. Pero ahora ese detalle poco le importa al letrado. Dice sentirse rico en sentimientos y tener una nueva batalla por delante relacionada con la banca y el sistema financiero. Que tiemblen los bancos.

Una vez ganada esta guerra, Dionisio Moreno asegura que no debería haber ningún desahucio más. De hecho, la prensa va dando cuenta de la paralización de procedimientos que como un rosario se están produciendo en España desde el jueves pasado. Y gracias a esa sentencia no solo se van a paralizar muchos desahucios, sino que también el Parlamento va a acelerar sus trabajos para modificar las leyes. La propaganda de un banco sobre productos financieros fue lo que le puso sobre la pista de utilizar la legislación de protección a los consumidores, la que finalmente le ha servido para ganar el caso de su vida.

Por suerte, Dionisio Moreno dio a parar con un magistrado, José María Fernández Seijo, que se convirtió en su mejor aliado. Fue el juez el que hizo la consulta al tribunal europeo. Es curioso. Ninguno de los dos fue llamado en febrero por la comisión parlamentaria que estudia el tema. Pero son ninguneos, detalles, que dan ahora mayor dimensión a esta histórica victoria.

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