Al alcalde de Ponferrada

Pretendo por la presente, llegar a su conciencia, cuando los aplausos y el brillo del poder le permitan quedarse a solas con ella.

Estos días en Ponferrada hay mujeres que luchan por sus derechos, logrados no sin esfuerzo, que no se dejan avasallar, acosar o presionar, muchas seguro votantes del PSOE. Y “mujeres” que han mirado disimuladamente para otro lado cuando le hablan de este tema. Hay hombres que luchan por sus ideas, muchos de ellos seguramente le votaron a usted para darle en las urnas un acta de concejal por el PSOE, y hay “hombres” que dejan sus ideas tiradas en su carrera al poder.

Dice hoy usted que está legitimado para ser alcalde de Ponferrada porque una suma matemática y una maniobra política se lo permite, pero se olvida usted de todos los ciudadanos que votaron al PSOE, representado por su persona. ¿En qué nivel de esta maniobra los deja usted? ¿Merecen estos, sus votantes, este ninguneo? Se olvida también de los otros ciudadanos que no le votaron pero que, junto con los suyos, forman la ciudadanía de diversos y hermosos colores, color democracia. Gente toda ella de buena voluntad, dignos y sensatos, que hoy se avergüenzan de que el nombre de su ciudad lo represente usted.

Podrá llamarse alcalde de Ponferrada hasta hartar su ego. Disfrute de su recién estrenado sillón, si es que puede. La vida continua, espero que la historia lo coloque a usted y a su nuevo grupo en el lugar que le corresponda, que no será otro que el olvido.— Lucía Asenjo Pacios.