La operación Eurovegas
Siempre me ha parecido que la operación Eurovegas es una salvajada en todos sus aspectos, una más que añadir a las ya cometidas e irreparables en nuestro país. De lo que nadie me va a convencer es de que las previsiones de creación de puestos de trabajo, afluencia de turistas, etcétera, son solo previsiones y no una ley tan inexorable como la de la gravedad. Me suena al cuento de la lechera que nos contó Ruiz-Gallardón cuando se construyó el parque Warner en San Martín de la Vega, que según dijo iba a suponer multitud de hoteles, restaurantes y puestos de trabajo en la zona y a los hechos me remito. Lo recuerdo perfectamente, como pueden confirmar en las hemerotecas.— José María Álvarez Blanco. Madrid.
Como una tabla de salvación para el desempleo, una serie de personas anuncian a bombo y platillo la instalación de una ciudad del juego en la cercanía de Madrid. Se pone como condición tirar por tierra una ley que estaba teniendo un gran éxito para la erradicación del tabaco, ya que desde que está en vigor ha dejado de fumar más de un millón de personas. Pero aquí no importa la salud de los ciudadanos ni la cantidad de ludópatas que puede fomentar la promoción del juego, sino los porcentajes económicos que puede dejarle a las arcas del Estado y de algunos espabilados de turno. De momento ya hay quien se está planteando la instalación de una clínica de recuperación de ludópatas. Es decir, primero creamos el problema y luego la solución previo pago de las correspondientes consultas. En lugar de salir del fango, cada día nos hundimos más.— Domingo González Pulido. Sevilla.
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