El acuerdo sobre los descartes de pesca
En contra de lo que dice el señor Javier Garat, el acuerdo europeo sobre los descartes no supone condenar al sector pesquero a la extinción. En todo caso sería una dura limitación para las flotas de altura que faenan en caladeros europeos, en especial para los que usan redes de arrastre, que generan casi un 70% de descartes. Las erróneas políticas pesqueras de los diferentes Gobiernos españoles, favoreciendo a las grandes flotas, han reducido dramáticamente la pesca artesanal y de bajura, sobre todo aquellas embarcaciones que usaban artes menos dañinas. Este tipo de pesca daba de comer a miles de familias, pero cada vez quedan menos barcos de ese tipo en los puertos españoles. Tal vez con la aprobación de la limitación de los descartes se ayude a esta parte de sector pesquero a salir de la crisis en la que se encuentra desde hace muchos años.
De todos modos, hay grandes flotas españolas y de otros países europeos que faenan fuera de las aguas comunitarias y que descargan sus capturas en puertos de otros continentes o que tienen factorías en ellos: basta con ver en las pescaderías los lugares de origen de mucho de lo que venden. También existe lo que se conoce como buques con bandera de conveniencia, barcos de armadores europeos abanderados en otros países para beneficiarse de las políticas fiscales o de menores controles sobre las capturas. Esas flotas se librarán de la aplicación de la nueva legislación.
El paso dado por el Parlamento Europeo es un buen comienzo, pero se ha de seguir legislando para evitar que los caladeros sean sobreexplotados, aunque eso signifique que unos pocos dejen de ganar en beneficio de muchos.— Antonio María de Régil Arteaga.
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