La regeneración
Lo peor no es que haya corruptos, lo peor es que una buena parte de la sociedad asume que si pudiese haría lo mismo que ellos. La ideología dominante es el individualismo miope, autodestructivo. La sociedad española está sumida en una enorme crisis anímica y moral comparable a la que se dio tras 1898. Ahora, como entonces, los intelectuales íntegros deberían hacer un llamamiento a una regeneración global. El individualismo a ultranza debe ser matizado. En un sistema capitalista globalizado son necesarias respuestas inteligentes como asumir nuestro entorno, y también cuestionar principios sacrosantos como la infinitud del lucro empresarial e incluso —perdónenme el atrevimiento— algún límite a la propiedad privada o un revolucionario tope de salario máximo. No hay otra: el paradigma económico del beneficio por encima de la humanidad solo produce sufrimiento. Es hora de cambiar de paradigma. Lo primero es señalar el camino: la imperiosa necesidad de cambiar, si no todo, sí al menos alguno de los principios en que se basa nuestro sistema económico. Quizás estemos en el preámbulo de un gran cambio histórico.— Ernesto Aranda Regadera
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