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Los trapos sucios de la primera familia del punk

Vivienne Westwood confirma las sospechas: su matrimonio con Malcolm McLaren fue un calvario El creador de los Sex Pistols murió hace dos años, pero la modista aún no había hablado mal de él El hijo de ambos, el fundador de Agent Provocateur, peleó en vano por hacerse con su herencia

McLaren y Westwood, en los setenta.
McLaren y Westwood, en los setenta. CORDON PRESS

Vvienne Westwood siempre había tenido buenas palabras para su ex Malcolm McLaren. Hasta que hace unos días el Daily Mail publicó unas declaraciones de la modista describiendo al catalizador del punk como un ser cruel que rivalizaba hasta con su familia. “Malcolm siempre tuvo envidia de mi negocio y se deslomó para hacerme la vida imposible”, denunció.

El funeral de McLaren, hace dos años, fue atípico como su vida. Una chica disfrazada de hada bailó claqué junto al féretro, y Westwood, maestra de ceremonias, recordó el célebre rechazo a la autoridad del malogrado creador de los Sex Pistols. Cuando ella se disponía a abordar su recurrente tema de la responsabilidad medioambiental, Bernard Rhodes, mánager de The Clash, gritó al fondo de la iglesia: ¡Esto va sobre Malcolm, no sobre ti! Ahora eres parte del sistema”. La insolencia resumió la difícil relación entre la hoy dama del Imperio británico y el eterno iconoclasta.

“Malcolm siempre tuvo envidia de mi negocio y se deslomó para hacerme la vida imposible”, denunció Westwood. "“No estaba interesado en las ideas, simplemente, en ser superior a los demás. Necesitaba el éxito”

Westwood y McLaren se conocieron en la primera mitad de los sesenta. Ella era una profesora de primaria casada y con un hijo de tres años, Ben Westwood. Él, un estudiante de Bellas Artes de 17 años criado con una abuela lunática que nunca le escolarizó. “Vivienne quería a su marido, pero se aburría”, recuerda el escritor y académico Fred Vermorel, que asistía con McLaren a la escuela de arte de Harrow y presentó a la pareja. “Ella procedía de un ambiente proletario y provinciano. No sabía lo que eran los espaguetis. De Malcolm le gustó que era judío, exótico, cosmopolita y culto. Se obsesionó con él. Por entonces, Malcolm era muy intenso, quería ser comoWarhol y no estaba interesado en las mujeres. Al mismo tiempo, su abuela le advertía de que Vivienne era una depredadora”. McLaren perdió su virginidad con Westwood, empezaron a dormir juntos en un coche y casi de inmediato ella se quedó embarazada. La abuela de McLaren les entregó dinero para interrumpir el embarazo.Westwood se lo gastó en un conjunto de cachemir.

La diseñadora con el único hijo que tuvo con McLaren, Joe Corre, fundador de Agent Provocateur, el mes pasado.
La diseñadora con el único hijo que tuvo con McLaren, Joe Corre, fundador de Agent Provocateur, el mes pasado.DAVE BENETT (GETTY)

Tuvieron un hijo, Joe Corre, y se lanzaron al negocio textil. En 1971 abrieron la tienda Let it Rock, vendiendo prendas de segunda mano estilo Teddy Boy. En 1975, el establecimiento mutó en Sex, una boutique subversiva, repleta de parafernalia sadomasoquista. McLaren reclutó entre sus habituales a los Sex Pistols.

Westwood hoy encabeza una firma de lujo global. Para quienes conocieron a la pareja, el negocio nunca hubiese sido posible sin McLaren. “Se tiende a borrar su influencia. En la retrospectiva que hizo el Victoria & Albert apenas se menciona a McLaren: él casi les denuncia”, opina Velmorel, autor del libro sobre Westwood Fashion perversity and the sixties laid bare. “Vivienne no nació para ser diseñadora. Tiene talento, pero siempre se ha nutrido de influencias masculinas. Primero, McLaren; después, el pintor Gary Ness, y actualmente, su marido, Andreas Kronthaler. Y digamos que el matrimonio con Kronthaler no es convencional”, ironiza.

McLaren perdió su virginidad con Westwood, que se quedó embarazada casi de inmediato. La abuela de él les dio dinero para interrumpir el embarazo. Ella se lo gastó en ropa

Según Westwood, McLaren siempre se “portó mal” con su hijo. Corre, que rechazó el apellido paterno, nunca ocultó la tensa relación entre ellos. En las oficinas de Agent Provocateur, la empresa de lencería que fundó y vendió, los empleados sabían que era mejor ni mentar la figura paterna. Durante el funeral, Corre se despachó: “[Mi padre] te animaba a saltar del precipicio, pero no estaba a tu lado cuando necesitabas ayuda”. Entre ellos se acumularon los desencuentros hasta que McLaren enfermó de cáncer y su hijo viajó hasta Suiza para acompañarle en la última etapa. Corre interpretó este acercamiento como una reconciliación in extremis. Sin embargo, quien John Lydon (cantante de los Sex Pistols) describió como “el hombre más malvado sobre la tierra” se guardaba un desaire de ultratumba. McLaren dejó todo lo que tenía (unos 200.000 euros y nada de royalties de los Sex Pistols) a Young Kim, su pareja durante una década. Corre apeló alegando que su padre tenía las facultades mentales disminuidas. Perdió el recurso. Allegados de McLaren no entienden cómo alguien que vendió su empresa por unos 70 millones de euros hostigue a la novia de su padre por dinero.

En sus declaraciones, Westwood asestó una última puñalada al considerado ideólogo del punk: “No estaba interesado en las ideas, simplemente, en ser superior a los demás. Necesitaba el éxito”. Pocos se atreven a defender públicamente a McLaren, pero en privado ponen en duda el retrato que pinta de él la diseñadora. Amigos del empresario creen que Westwood reescribe la historia, que se otorga demasiado protagonismo. Y que estropeó su funeral hablando de ecología.

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