@berlusconi2013 conquista la Red
La cuenta de Twitter de Silvio Berlusconi aumenta en miles de seguidores en fin de año Hay quien asegura que se trata de la conocida práctica de compra de 'followers'
¿Milagro de fin de año? Eso parece haberle pasado al perfil de Twitter de Silvio Berlusconi, que, tras sumar en semanas apenas unos cientos de seguidores, en Nochevieja, de repente, engordó y se multiplicó, hasta llegar a los 72.000. Se trata de la nueva cuenta del ex primer ministro, @berlusconi2013, abierta el 6 de diciembre y gestionada por unos voluntarios en vista de las generales del 24 y 25 de febrero, en las que el magnate corre para volver al palacio Chigi.
El éxito repentino y macroscópico de la cuenta levanta sospechas entre los usuarios de la red social. “70.000 followers es un ejército de mercenarios”, escribe uno, sumándose a los cientos de insinuaciones de que se trata de seguidores comprados. En el mundo de las redes sociales, la popularidad se mide según el número de seguidores y presumir de cifras altas equivale a una especie de encuesta. Pero entre los nuevos fans de Berlusconi abundan las cuentas vacías, es decir, sin un tuit ni una foto. Precisamente eso es lo que levanta sospechas, ya que la compra de seguidores es una práctica cada vez más habitual.
Pero a pesar de la polémica, los followers crecen sin parar. En menos de una hora, más de cien se subieron al carro electrónico del exmandatario, el primer perfil auténtico de Berlusconi, ya que la Red estaba plagada de impostores. Hay cuentas que van desde @dilloasilvio, @papisilvio @villacertosa hasta la de un brasileño que escogió el apodo @berlusconi_69.
Pero que sea oficial no significa que el propio exmandatario sea quien teclea. “La cuenta fue creada por un grupo de sostenedores y quien lo gestiona no recibe ni un solo euro, sino que lo hace por pasión y estima hacia el presidente Berlusconi”, explicaban en un tuit. Se trata del hasta ahora inexistente Comité Berlusconi 2013, formado por voluntarios digitales.
Los gestores de @berlusconi2013 están autorizados a actuar como el brazo electrónico de Berlusconi. Lanzan entre comillas declaraciones y comentarios sobre asuntos de actualidad, con el tono serio y contundente de una campaña electoral: “Los pequeños partidos no actúan en el interés general sino para satisfacer a las ambiciones de sus propios líderes” o “pronto arrancará una gira para conocer a los electores”. Frases que delatan un miedo muy concreto del candidato y de sus fieles a una hemorragia de votos, atraídos quizá por otras fuerzas, como Mario Monti, que no se avergüenza de su pelo blanco y de su edad y que parece ser el opuesto del líder de la derecha italiana.
Y, como en la guerra y el amor, en una campaña electoral todo vale. La magia de los 60.000 seguidores conquistados en un solo día quedará registrada en la Red como un logro, sobre todo en la política 2.0, donde los contrincantes se baten a golpe de tuits. Sin embargo, las últimas encuestas sobre las intenciones de voto reflejan que la chispa del ex primer ministro está apagada y el apoyo con el que cuenta roza el 20%, casi la mitad del 37,4% del que disfrutó en los últimos comicios, en 2008. Berlusconi decidió dedicarse a la política, orquestando la gran ilusión de una revolución liberal que llamó el “milagro italiano”. Veinte años más tarde, el milagro que consigue es la multiplicación de los seguidores en el Twitter.
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