‘Númerus clausus’ en la prisión
Francia debe poner en marcha cuanto antes un verdadero plan nacional de renovación de las cárceles
Visitar la prisión de Baumettes, en Marsella, muestra que Francia retrocede y trata a sus presos de manera inhumana. (...) Pululan las ratas y las cucarachas, las celdas con las ventanas rotas son de una suciedad repulsiva; los presos, faltos de agua corriente, beben la de los servicios. Prisión superpoblada, inactividad forzosa, arreglos de cuentas y estafa generalizadas. (...) Hay obras en curso cuya primera parte debería ser entregada en 2017. Una perspectiva demasiado lejana para un preso al que violan regularmente otros presos.
(...) La ministra [de Justicia] esperaba un poco ingenuamente que su circular de política penal del 19 de septiembre, que pretende privilegiar otras alternativas a la prisión, permitiría limitar el número de presos. Pero sus efectos tardan en producirse.
El tiempo de las medidas a medias ha pasado. Por una parte, se impone un verdadero plan nacional de renovación de las cárceles. No podría oponerse el rigor presupuestario a la indignidad de la situación actual. Por otra parte, incluso si la fórmula puede ser chocante, hay que instaurar un numerus clausus en la cárcel. Dicho claramente, hay que dejar de encerrar a más personas cuando no hay plazas carcelarias. Los condenados deben ser encarcelados, pero un preso al que no le quedan más que algunas semanas de condena debe ser liberado a la mayor brevedad. Evidentemente no se trata de poner en libertad a los asesinos: el 80% de los presos son condenados a penas inferiores a un año. Es la única solución inmediata y razonable.
París, 7 de diciembre
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