Adiós a un hombre bueno
Me refiero a Cándido Velázquez Gaztelu, hombre de empresa y que presidió las más importantes de nuestro país. La última, Telefónica. Casado con Guadalupe Azpitarte, y padre de cuatro hijos —uno de ellos autista—.
Quiero agradecerle su compromiso con familiares y afectados con esta patología, referida a un repliegue sobre sí mismo, que puede existir en un sujeto normal y que, en su forma extrema es una de las características de la esquizofrenia (desajuste grave del cerebro), y en donde la vida psíquica se orienta al mundo interior, rompiendo con la realidad.
Desde A.E.D.E.S. (Asociación Española para la Educación Especial) con la que tanto colaboró, y como delegado provincial de la misma, mis más sentidas condolencias a su familia.— Francisco M. Vañó Rufas. Pedagogo terapeuta.
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