Dolor y solidaridad
El corazón de un padre nunca está preparado para sentir el desahucio de su casa de una hija, yerno y nietos. Los avalas, les ayudas a salir adelante, les prestas tu pensión aunque sea pequeña, les facilitas la asistencia al colegio de tus nietos (sus hijos) mientras ellos trabajan o buscan donde ganarse la vida, en estos momentos duros. La cucharilla del crédito la tragaron en las épocas de bonanza, cuando ganaban algún dinero en negro (pensaban, que era mucho) y sobre todo que iba perdurar en el tiempo. Solo sirvió en aquel momento para entregar dinero en negro a quién tenía por costumbre cobrarlo. Hoy no hay dinero en negro y las pagas son escasas, pagadas tarde, muy tarde, casi siempre a destiempo. Recibirlos, acogerlos es nuestro deber. El error lo cometimos todos, la salida debe ser de todos.— José Balsa Pena.
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