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El acento
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La vida, compleja y vulnerable

El tsunami ha afectado a la capacidad de suministro del laboratorio japonés que produce un fármaco para intervenciones cardiacas

Marcos Balfagón

Sabíamos que los efectos del terremoto ocurrido en Japón en marzo de 2011 van más allá de los daños directos causados, que los del tsunami en las nucleares de Fukushima han tenido repercusiones sobre la energía nuclear en todo el mundo. Pero no podíamos imaginar que el efecto mariposa del tsunami acabara afectando a la actividad quirúrgica de los hospitales en todo el planeta.

En muchas operaciones, y muy especialmente en las de cirugía cardiaca, se utiliza un fármaco, el sulfato de protamina, que tiene como objeto inhibir los efectos anticoagulantes de otro medicamento que resulta imprescindible, la heparina. Pues bien, el laboratorio que produce la protamina, el japonés Yuki Gosei Kogyo, tiene dificultades para garantizar el suministro.

Aparte de los daños causados por el tsunami en las instalaciones, que aún no han sido totalmente reparados, el laboratorio se enfrenta a un nuevo e inesperado obstáculo. La protamina se obtiene del semen de un tipo de salmón salvaje que la empresa solía capturar en los caladeros de Honsu. Pero las restricciones de pesca impuestas por las autoridades a causa del tsunami han obligado a buscar salmones en otros lugares.

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Aparte de la dificultad de obtener materia prima suficiente para garantizar la producción, la protamina que se extrae de los nuevos caladeros no es igual a la anterior. La empresa asegura que podrá resolver el problema y garantizar el suministro, pero la Agencia Europea del Medicamento ha lanzado una alerta y la inquietud ha llegado a los hospitales.

Lo que demuestra este episodio tardío de los efectos del tsunami es la vulnerabilidad que subyace en el aparentemente muy seguro modo de vida de la sociedad occidental, la fragilidad de las interconexiones de las que depende nuestra vida. Como se demuestra en este caso, todo está conectado y cualquier contratiempo en una parte del sistema puede llegar a comprometer incluso la vida de un paciente. El dominio de las tecnologías produce sensación de omnipotencia. Alguna solución encontrarán, se dirá. Es de esperar que así sea, pero conviene no olvidar que nuestro modo de vida es muy complejo y muy vulnerable.

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