Vin doré, el esperpento del lujo
Su propia web (www.vindore.com), presidida por un escudo ampuloso que evoca el imperio austrohúngaro lo deja bien claro: “Vin Doré” 24K. “Cava y vinos de oro al método champenoise”. Mientras iba leyendo los ojos se me abrían como platos. “Desde los orígenes de la humanidad siempre se ha buscado tener lo mejor, lo exclusivo, lo único, lo raro, lo selecto, lo glamuroso, buscamos tener el lujo y la belleza para nuestro uso y disfrute y no hay elemento más representativo que el oro, brillante, tentador, elegante, valioso (...) Cava o espumoso con polvo de oro, que danzará en tu copa formando una perfecta comunión entre el glamour, la elegancia y la buena gastronomía.” No pude continuar. No estoy preparado para tantas cursilerías.
Enfrié la botella y me dispuse a probarla. Antes puse un comentario en twiter al que me respondieron con contundencia. @nachogrijuela: “Tengo un amiguete que ha hecho fortuna en Rusia vendiendo sidra con ese polvito a 120 $ la botella”.Y @SheikViberti: “Si comes o bebes oro también te intoxicas”. No creo que esas partículas perjudiquen si se trata de oro alimentario. Abrí la botella y me encontré con un tapón mezquino, corto como una tachuela. La nariz era menos mala de lo que esperaba, pero en el paladar dominaban las notas dulces y amargas. Ningún final de boca. Por supuesto, las micro partículas de oro no aportaban nada. Estupidez envasada. El oro sobra y estorba pero, eso sí, aumenta el precio de una bebida mediocre.