Mejor el lujo que la cultura

Este parece ser el signo de los tiempos: al lujo le va mejor que a la cultura. La familia Pinault, propietaria de un imperio económico en Francia, pondrá a la venta esta semana la cadena de distribución de productos culturales y de electrónica FNAC entre otras empresas del grupo, para centrarse en el negocio de los productos de lujo.

Con una fortuna estimada en 6.000 millones de euros, el fundador del grupo, François Pinault, de 76 años, figura entre las 100 personas más ricas del mundo y posee una exquisita colección de arte que se exhibe en el palacio Grassi de Venecia, que había pertenecido a otra familia adinerada de Italia, los Agnelli. Ahora, su hijo, François-Henry Pinault, ha decidido desprenderse de la muy conocida cadena FNAC, que emplea a más de 14.000 personas y posee 154 tiendas repartidas por todo el mundo. La venta de la cadena indica que, a juicio de los Pinault, los tiempos que vienen no son propicios para los productos literarios, musicales o cinematográficos.

La cifra de negocio de la FNAC cayó en 2011 un 3,2%, hasta 4.100 millones de euros, pero el beneficio neto se desplomó un 50%. Los 103 millones obtenidos son una cifra modesta comparada con los 1.100 millones a que ascendió el beneficio del grupo.

La división relacionada con el lujo es la que mejor evolución ha tenido en los últimos años. Por eso, los Pinault han anunciado que potenciarán sus firmas de moda y alta cosmética, entre las que se encuentran marcas como Gucci, Yves Saint Laurent o Balenciaga.

Pese a que ya llevamos cuatro años de crisis, los productos de alta gama no parecen resentirse, entre otras cosas porque los ingresos de las élites no han caído y porque países emergentes como Rusia proporcionan gran cantidad de nuevos ricos dispuestos a demostrar que lo son.

La venta de coches en España así lo demuestra: mientras que las matriculaciones cayeron en 2011 un 18%, hasta alcanzar la peor cifra desde 1993, la venta de coches de lujo (de más de 65.000 euros) subió un 83%.

Todo ello es consecuente con algo que las estadísticas corroboran: con la crisis están aumentando las desigualdades sociales, de modo que los tienen más son más ricos, mientras que las capas medias y bajas no dejan de empobrecerse.