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Al aire, los años salvajes de una estrella hippie

Las salas del Martin Gropius Bau, de Berlín, muestran la obra fotográfica de Dennis Hopper Entre las fotos, las de Martin Luther King, las marchas por los derechos civiles, los disturbios raciales y políticos o el gurú sicotrópico Timothy Leary

La imagen de Dennis Hopper con cámaras al cuello le resultará familiar al que haya visto Apocalypse Now. Según ha contado Wim Wenders, aquél desquiciado reportero fotográfico que encarnaba Hopper en 1977 se parecía bastante al tipo alcoholizado e intoxicado en el que se convirtió tras el éxito mundial de su primera película como director en 1969. Actor y personaje compartían también la pasión por la fotografía, que Hopper había abandonado para ponerse tras las cámaras de Easy Rider. En 1970, en un descanso del difícil rodaje y edición del fracasado filme The last movie, Hopper seleccionó 429 imágenes de las miles que había sacado entre 1961 y 1967. Mostraban estrellas de cine como Paul Newman, artistas como Andy Warhol o Robert Rauschenberg y también mucha gente común de la América de los 60. Se expusieron en un museo de Texas. Después se almacenaron en 5 grandes cajas donde han permanecido ocultas al público hasta su descubrimiento fortuito después de la muerte del actor, acaecida en 2010.

Las salas del Martin Gropius Bau, el museo berlinés donde pueden verse estas fotos por primera vez en Europa, parecen albergar todo lo que fue importante en los Estados Unidos de esos años hippies: Martin Luther King, las marchas por los derechos civiles, los disturbios raciales y políticos o el gurú sicotrópico Timothy Leary. El propio Hopper puede verse en una fotografía de Walter Chappell con una melena larga y rizada, barba y mirada estupefacta. En la cabeza lleva una percha de ropa hecha de alambre que recuerda una corona de espinas o, como comenta un crítico del semanario Der Spiegel, también podría ser un testimonio metafórico de lo colgado que estaba Hopper en sus días sicotrópicos. Que por entonces eran casi todos.

Las fotografías expuestas están ordenadas por temas, pero no según sus protagonistas ni según su factura. Las fotos de moteros desdentados en sus enormes vehículos son iguales a las que muestran estrellas de cine commo los hermanoos fonda o el citado Paul Newman. Comop en Por tramos llegan a parecer fotogramas sueltos de alguna película o imágenes de un folioscopio descompuesto. Esta impresión se afianza al final de la muestra: en la última sala, el Martin Gropius proyecta ininterrumpidamente la película Easy Rider, cuya banda sonora se puede escuchar ya débilmente desde estancias anteriores. Hizo célebre la canción hippie-contestataria Born to be wild (nacido para ser salvaje). La película termina fatal, con los protagonistas Hopper y Peter Fonda tiroteadas en plena carretera por dos campesinos derechistas sureños. Sirve de metáfora para la caída de Hopper en la drogadicción, de la que no podría liberarse durante muchos años. Cuando se recuperó de sus adicciones en los ochenta, Hopper regresó a la fotografía.

Su afición nació en 1961. La entonces esposa de Hopper, la también actriz Brooke Hayward, le regaló por su 25 cumpleaños la cámara japonesa con la que tiró muchos miles de fotografías hasta 1969. Lo hacía sin pensar gran cosa, sin mayores aspiraciones artísticas. Retratan sus viajes y sus amigos, entre los que se contaban las celebridades mencionadas arriba. Él mismo se consideraba un hippie.

Es la primera vez que puede verse en Europa la colección de instantáneas con las que Hopper retrató su tiempo. Son imágenes fijadas sobre cartón, sin marco ni cristal, que conservan numerosos defectos por el trajín y los años.

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