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Arantxa Sánchez Vicario sienta el jueves a sus padres en el banquillo

La extenista quiere retirarles el usufructo de un piso de 200 metros en Barcelona

Rebeca Carranco
SUSANNA SÁEZ

“¿Alguien puede imaginar que no intenté resolverlo dentro de la familia? Lo he intentado con todas mis fuerzas”, dijo Arantxa Sánchez Vicario cuando presentó su libro de memorias ¡Vamos! en el que, entre otras cosas, admitía que hacía años que había roto la relación con su familia y la acusaba de haberla arruinado. El esfuerzo fue en vano. Este jueves sentará a sus padres en el banquillo, a los que ha demandado. La extenista busca retirarles el usufructo de un piso de 200 metros en la avenida Diagonal, en Barcelona. En las horas previas a la vista guarda silencio sobre el asunto. Cuando se le pregunta solo está dispuesta a hablar de tenis.

Sánchez Vicario intentará anular ante el Juzgado número 4 de Barcelona el contrato por el que les cedía el uso de la vivienda en la capital catalana. El enfrentamiento judicial es solo uno más de la retahíla de reproches que han acabado en manos de la justicia desde que la deportista destapó la mala relación con su familia y el maltrato psicológico al que, según ella, la sometieron durante sus años como jugadora. “¿Pueden mis hermanos o mis padres determinar con quién debo compartir mi vida? ¿Acaso todos ellos no han decidido por sí mismos? ¿Por qué hay que buscar culpables en todas mis decisiones?”, añadió en la rueda de prensa de su libro, en referencia a su marido, Pepe Santacana, que no gozó de la bendición de sus padres.

Sánchez Vicario fue condenada por estafar a Hacienda 3,5 millones de euros al inscribir su domicilio en Andorra, donde no vivía. Una decisión que, según dijo entonces, había tomado su entorno por ella. Por ese motivo ha presentado también en el país vecino una querella por administración desleal de su patrimonio. Hasta el momento no han trascendido más denuncias de las que puedan derivar consecuencias penales, pero por la vía civil han proliferado las acusaciones.

La extenista discute con sus progenitores la cuantía de su fortuna, la gestión de fondos de inversión o el destino de lo que ganó en sus años como tenista, y de lo que, según ella, ya no queda nada. “Nunca dudé de la forma en la que mi padre gestionaba mi dinero. Hoy me encuentro sin recursos [...] Soy la víctima y la engañada”, recoge en sus memorias.

La madre de Arantxa, Marisa, la mujer que se retrataba con su hija tras cada triunfo, respondió a las graves recriminaciones a través de un comunicado. “Nos acusa de dejarla en la ruina, de quitarle todo, con un rencor y un resentimiento dignos del peor de los enemigos [...] Nosotros vivimos 20 años por y para ella. Lo dejamos todo de lado e hipotecamos nuestra vida y nuestro matrimonio”, le reprochó.

El jueves se airearán de nuevo las diferencias. Por la Ciudad de la Justicia catalana desfilarán la extenista, sus padres, su hermano Emilio, abogados y demás testigos. El juez decidirá en este capítulo de una disputa familiar que promete ser larga y áspera.

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Sobre la firma

Rebeca Carranco
Reportera especializada en temas de seguridad y sucesos. Ha trabajado en las redacciones de Madrid, Málaga y Girona, y actualmente desempeña su trabajo en Barcelona. Como colaboradora, ha contado con secciones en la SER, TV3 y en Catalunya Ràdio. Ha sido premiada por la Asociación de Dones Periodistes por su tratamiento de la violencia machista.

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