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África No es un paísÁfrica No es un país
Coordinado por Lola Huete Machado

Fiona Watson: el valor de la tierra

Lola Huete Machado
<span >Serie Omo River, de Isabel Muñoz, indígenas amenazados hoy por la construcción de una megapresa</span>
Serie Omo River, de Isabel Muñoz, indígenas amenazados hoy por la construcción de una megapresa

Traducción del inglés: Virginia Solans

Hace unos días ofrecimos en El País Semanal una portada sobre la situación de las comunidades indígenas titulado "Pueblos en peligro" (sólo se publicó en papel y en versión digital para suscriptores). Unos 150 millones de ellos (la mitad de los que existen) pelean por su supervivencia en este mundo nuestro donde casi siempre priman los factores económicos y pocas veces se considera el derecho a la tierra o se respetan otros modos de vida que no sean los que consideramos "desarrollados". Algunas de las peores situaciones se están produciendo en África. La más agresiva: la situación de casi cien mil indígenas del valle del Omo, en Etiopía (ver foto arriba), amenazados por la construcción de la presa GIBE III, o la de los pigmeos en África Central, víctimas y desplazados por la presión de las empresas madereras. Son muchos más, sobre ello volveremos otro día.

Para profundizar en la situación indígena entrevistamos a la directora de investigación de la ONG Survival, Fiona Watson, que lleva un cuarto de siglo inmersa en la questión indígena. Por necesidades de la edición en papel no pudimos incluir toda la conversación con ella, ni mucho menos. Aquí tenemos ahora sus respuestas al completo.

Pregunta: Me gustaría conocer su opinión sobre la situación actual de los pueblos indígenas y su experiencia personal y emocional al trabajar en este asunto. ¿Está satisfecha con lo conseguido tras dos décadas de implicación? En la actualidad los pueblos indígenas tienen que hacer frente a graves problemas que afectan a sus tierras y su modo de vida ya que el mundo demanda cada vez más petróleo, gas, minerales, madera, carne, soja, etcétera. Incluso las tribus que viven aisladas del resto del mundo y en lugares remotos tienen que soportar que les quiten sus tierras y sus recursos naturales. Los indígenas han cuidado sus tierras durante cientos y miles de años. Muchos son autosuficientes y sorprendentemente viven de una manera más natural, extrayendo de la tierra solamente aquello que necesitan, asegurándose que la conservarán para generaciones futuras. Además de soportar que les expropien sus tierras, también tienen que sufrir actos violentos e intimidatorios de empresas y gobiernos así como enfermedades para las que no están inmunizados y que acaban rápidamente con sus vidas. Algunas tribus como los bosquimanos que viven en el centro de Kalahari, en Botsuana, han sido expulsadas de sus tierras por culpa de los intereses de la industria minera. En el Amazonas y en Etiopía, por ejemplo, numerosos indígenas han perdido sus tierras por la construcción de presas y otros grandes proyectos. El lado positivo de esta situación es que muchos indígenas ya se han enfrentado a estos ataques violentos. Además, han creado sus propias organizaciones para defender sus derechos y conseguir el compromiso de los gobiernos, de las empresas y de organismos internacionales. También mantienen contactos con los medios de comunicación con el objetivo de sensibilizar a la opinión pública. Muchos dirigen sus propios proyectos en su propia comunidad. Sin embargo y a pesar de los desafíos que aun hoy tienen que afrontar, en los últimos cuarenta años ha habido grandes progresos.

¿Por ejemplo? Existe una ley internacional llamada Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo que reconoce los derechos de los pueblos y tribus indígenas. Incluso la ONU tiene una amplia legislación sobre sus derechos. Algunos países, sobre todo de Suramérica, disponen de leyes que los protegen. El objetivo es respetarlas. La opinión pública está más sensibilizada gracias al aumento de las organizaciones indígenas. Desde que empecé a trabajar con Survival en 1990 he podido comprobar los grandes cambios que se han producido. Si algo he aprendido es que los resultados se ven en el tiempo, cuando se hacen campañas en defensa de sus intereses y que la opinión pública es muy importante, tanto la de las personas que viven en el mismo país donde se encuentran los pueblos tribales como la del resto de los países del planeta. Muchas de las campañas que hace Survival son a largo plazo y han durado varios años. Por ejemplo, estuvimos luchando a favor de los Yanomami durante veinte años. Nuestros colaboradores escribieron cartas, ejercieron una gran presión sobre el gobierno de Brasil y la ONU y participaron en numerosas protestas y manifestaciones. A menudo hemos tenido que enfrentarnos a situaciones tristes como aquella vez en 1980 cuando cuarenta mil mineros de una mina de oro invadieron la tierra de los Yanomami destrozando el bosque y trayendo violencia y enfermedades. Un 20% de los yanomami fallecieron en los siguientes siete años, la mayoría de ellos de malaria y otras enfermedades que les contagiaron los mineros. Los yanomami, Survival y otras ONGs de Brasil no cejaron en su empeño y consiguieron que el gobierno reconociera su tierra y sus derechos. En la actualidad es un enorme territorio forestal protegido que está bajo el control de los indígenas. Fue un éxito increíble.

Masai. Todas las fotos a continuación de estas líneas son de la web de Survival.

¿E increible haberlo vivido de primera mano? He tenido mucha suerte por poder trabajar con activistas indígenas que me han sorprendido positivamente en muchas ocasiones por su ánimo y sus iniciativas. Un aspecto fundamental de nuestro trabajo es comprender y consultar a la gente de las tribus con los que trabajamos. Esa es la parte que más me gusta. En los 22 años que llevo trabajando he visitado numerosas comunidades tribales. He conseguido darme cuenta de cómo viven y sienten el mundo. Me han enseñado a convivir. Dan mucho valor a lo que tienen. Para ellos es mucho más importante compartir su tierra, cuidarla y vivirla que adquirir objetos materiales o bienes que a la gran mayoría de ellos no les interesan nada. No analizo esta situación desde un punto de vista romántico, sino más bien la enfoco desde un sentido práctico. Los miembros de estas tribus han conseguido tener una vida plena. Es decir, han conseguido vivir tranquilos favoreciendo su desarrollo personal como personas, algo que necesitaría una sociedad estresada e industrializada como la nuestra. Son personas de nuestra misma época que tienen otra manera de concebir el mundo. Tienen un gran conocimiento de las plantas, la medicina y los animales así que pueden tener soluciones para muchos de los problemas humanos tales como el cambio climático, la desforestación, el calentamiento global. Además saben preparar remedios para enfermedades graves. Creo que la opinión pública es primordial a la hora de luchar por respetar los derechos de los indígenas. Cuanta más gente se interese por ellos, más presión podríamos ejercer para concienciar a los gobiernos y a las empresas. Nuestro objetivo es cambiar su forma de actuar para conseguir que los tengan en cuenta. Muchas personas desconocen la realidad de estas tribus. Pero si conocieran su situación se sentirían afectados y encontrarían un motivo para ayudarles. Si bien es cierto que ya hay otras muchas que reconocen que los pueblos indígenas forman parte de la rica complejidad humana y al mismo tiempo desean apoyar a los marginados que en muchas ocasiones no tienen voz. No obstante siempre tenemos que estar alertas, los indígenas se enfrentan constantemente a grandes amenazas.


Miembros de una de las tribus amenazadas del río Omo, en Etiopía.

¿Cuál es el mayor conflicto o problema que tienen que resolver hoy día? En la actualidad, el problema más importante que hay que solucionar es el de la tierra. Es imprescindible que se reconozca el derecho de los pueblos indígenas a tener su propia tierra. En muchos aspectos la tierra es primordial para los indígenas. En cierta ocasión un bosquimano me dijo “la tierra es nuestro supermercado y nuestra iglesia”. Los indígenas mantienen un importante vínculo espiritual con su tierra. Estos vínculos son el centro de muchas de sus creencias y de la cosmología. La tierra les proporciona todo lo que necesitan. Es su sustento y por tanto su autonomía. Algunos estudios han demostrado que los indígenas que viven en su propia tierra tienen una vida plena y feliz. Un hombre Awá me dijo en cierta ocasión “si destruyen nuestros bosques, nos destruyen a nosotros también”. Sin sus tierras, los pueblos indígenas no pueden sobrevivir. Cuando en el pasado les robaron sus tierras y fueron trasladados a otros lugares (como les sucedió por ejemplo a los bosquimanos, a muchos de los guaraníes de Suramérica y a aborígenes de Australia), sufrieron depresiones ya que la vida no tenía sentido para ellos, comenzaron a beber e incluso algunos de ellos se suicidaron. Por otra parte y si sencillamente nos atenemos a los valores éticos- morales, los indígenas siempre han vivido en sus tierras, las sienten como suyas y las entienden mejor que nadie.

En este mundo globalizado cada vez hay más empresas que tienen intereses en los recursos naturales como el agua, la tierra, la madera. Además ahora también padecemos la masificación del turismo… ¿Cómo podríamos detener o controlar esta situación? Gracias a nuestras campañas y a la colaboración de los medios de comunicación estamos ayudando a los pueblos indígenas a que su opinión sea tenida en cuenta. Un ejemplo de ello es la campaña que llevó a cabo Survival con los jarawa en las Islas Andaman ante el Tribunal Supremo de la India. Conseguimos que se les reconociera una zona de separación de cinco kilómetros alrededor de su reserva con el fin de que los turistas respetaran su recinto. También ha habido una sentencia para que se cierre la carretera que atraviesa la reserva de los jarawa, aunque el gobierno local aún no ha actuado. También es importante que los gobiernos y las empresas obtengan por adelantado un permiso de las tribus y su consentimiento para cualquier tipo de actuación que quieran realizar en sus tierras. El objetivo es que haya una legislación que en la práctica sea respetada.

¿Es suficiente la actual legislación internacional? No, la legislación internacional por sí sola no es suficiente. Es importante que las organizaciones de pueblos indígenas, las ONG y la opinión pública estemos unidos para conseguir que los gobiernos y las empresas respeten la ley.

Dígame,¿cuál ha sido el mejor momento que ha pasado en su trabajo? Aquel que le ha hecho más feliz…. Y ¿Cuál fue el peor momento? ¿Un deseo? Uno de los mejores momentos que he pasado en mi trabajo fue en 2006 con un gran grupo de cien bosquimanos ante el Tribunal Supremo de Botsuana. Aquel día ganaron un juicio en el que se puso de manifiesto que el gobierno de Botsuana había actuado de forma ilegal echándolos de sus tierras y les reconocían el derecho a regresar. Los bosquimanos estaban entusiasmados y se pusieron a bailar a las puertas del Tribunal. Más tarde, una anciana bosquimana se me acercó y me dijo: “Gracias, gracias, gracias”. Fue muy emocionante. Otra gran experiencia fue cuando los yanomami me invitaron a asistir a un funeral, que ellos llaman “reahu”, para celebrar la vida de un anciano que acababa de morir. La ceremonia duró varios días durante los cuales bailamos y festejamos. Muchos hechiceros se reunieron alrededor del muerto para honrarlo y disponer de sus cenizas. Me impresionó mucho participar en aquella ceremonia y observar a los yanomami realizar los ritos más significativos de su cultura y sus creencias. Hace unos años el futuro de los yanomami no era nada esperanzador ya que los buscadores de oro inundaron sus tierras destrozando la selva, contaminando sus ríos con mercurio y transmitiendo enfermedades mortales para los indios como la malaria. Durante aquella época un 20% de la población de los yanomami murió. Yo había estado trabajado desde hacia varios años en las campañas de Survival para proteger los derechos de sus tierras. El gobierno de Brasil finalmente reconoció sus derechos y los mineros fueron expulsados. En aquella ocasión fue cuando me di cuenta de que nuestro trabajo tiene resultados a largo plazo y que nunca debemos darnos por vencidos. Mi gran deseo es que en el futuro la gente valore y respete la inmensa contribución que estas personas han hecho y están haciendo a favor de la vida de todos los seres humanos. Todos y cada uno de ellos, aunque no sean capaces de demostrarlo. Espero que la gente se de cuente de la diversidad humana y de las diferentes formas de vida que cada cual elige y que sean capaces de respetarlas. Es simplemente una cuestión moral, algo esencial para algunos seres humanos. Todos queremos vivir en paz y de acuerdo con nuestros principios. Eso mismo hacen las personas que viven en sociedades tribales y tienen el mismo derecho que cualquiera a vivir así.

Usted se relaciona con distintos grupos étnicos… ¿Por cuál siente más apego?

¿Cómo es un día cualquiera en su trabajo? ¡Cada día es diferente! Pero esencialmente mi trabajo consiste en supervisar las diferentes campañas que realiza Survival así como coordinar la investigación y el trabajo de campo, algo básico para apoyar y defender los intereses de los pueblos indígenas. Un día normal mantengo reuniones con mis compañeros para hablar sobre la estrategia de campaña; mantengo contactos con los indígenas para comentarles esa campaña; concedo entrevistas a los medios de comunicación; envío cartas a gobiernos y empresas; recopilo información para organismos internacionales como la ONU sobre casos de violación de derechos humanos… Un aspecto fundamental de nuestra tarea consiste en consultar y comprender a los pueblos con los que trabajamos. Esa es la parte que más me gusta. Durante los años que llevo trabajando en Survival he visitado numerosas comunidades indígenas. Todo ello me ha permitido observar atentamente como ven y sienten el mundo. También he aprendido que muchos de ellos saben realmente convivir. Valoran el hecho de compartir, cuidar y respetar su propia tierra mucho más que adquirir objetos materiales y bienes que a la mayoría de ellos no les interesan.

Bosquimanos.

¿Cómo fueron los primeros años de Survival como ONG? ¿Conoce a las personas que se implicaron desde el principio en este proyecto? Puedo suponer que en aquella época no era nada fácil hablar sobre las tribus… En 1968 la revista dominical del New York Times publicó un artículo del escritor Norman Lewis titulado “Genocidio” en el que daba a conocer las atrocidades que se cometían contra los indígenas en Brasil. El artículo provocó un gran impacto. Un pequeño grupo de personas que trabajaban en Suramérica y se sentían muy comprometidas con los indígenas porque habían presenciado las masacres y robos que se habían cometido contra sus recursos naturales, se juntaron y fundaron Survival. Tenían muy poco dinero pero mucha ilusión, dedicación y perseverancia. Y valió la pena porque con el tiempo se apuntaron cada vez más y más colaboradores que deseaban participar activamente en las campañas. Asi es como empezaron a crecer. En los años sesenta y setenta, la situación en Brasil era tan grave que Darcy Ribeiro, el famoso antropólogo y senador predijo que en los ochenta ya no existiría allí ningún indio. En la actualidad hay cerca de 230 tribus con una población de 800.000 indios. Así pues, la situación ha cambiado a pesar de que aún hay mucho por hacer y los indígenas tienen que enfrentarse a grandes retos.

¿Famosos que colaboran con Survival? Contamos con colaboradores como Colin Firth, Richard Gere, Julie Christie, Gillian Anderson, Mark Rylance, Rosa Montero, Nieves Herrero, Ana Belén, Juanes, Gael García Bernal... Todos ellos nos han ayudado en diferentes campañas grabando anuncios y videoclips para nuestra página web.

¿Tienen suficiente dinero para llevar a cabo su actividad? Siempre se pueden hacer muchas más cosas si hay dinero. Conseguimos financiación principalmente de nuestros miembros y de algunas fundaciones. No queremos que los gobiernos nos ayuden porque ellos son los primeros que violan los derechos de los pueblos tribales. Tampoco queremos el dinero de las empresas que puedan estar abusando de los pueblos indígenas. Además, tenemos cerca de 250.000 seguidores en cien países que también nos ayudan financiándonos. Ahora mismo hay millones de personas que buscan regularmente información sobre nosotros en siete idiomas. No queremos limitarnos solamente a las personas que pagan. Queremos que la gente conozca la realidad de las sociedades tribales.

¿El mejor libro sobre los indígenas? Los hay muy buenos pero uno que me gustaría especialmente recomendar es Tribal peoples for tomorrow’s world, de Stephen Corry, director de Survival International. En él se explica quienes son los pueblos tribales, cómo viven, por qué los gobiernos les tienen tanta aversión y por qué su desaparición está lejos de ser inevitable. Pone de manifiesto los problemas de los pueblos tribales desde el punto de vista de alguien que ha trabajado durante décadas directamente con ellos.

¿A qué tribu indígena están ayudando ahora mismo? Actualmente estamos llevando a cabo una gran campaña a favor de la tribu más amenazada del planeta, los awá de Brasil. Si no detenemos la invasión y destrucción de sus tierras, es muy probable que los cien awá que aún quedan desaparezcan. El bosque donde viven lo están talando a una velocidad mayor que los de otros indígenas que viven desconectados del mundo exterior. Los terratenientes madereros y ganaderos les están rodeando. Los madereros han talado el perímetro de sus tierras y ahora están entrando cada vez más en ellas. A diferencia de otros pueblos del Amazonas que viven aislados, los awá no tienen ningún lugar adonde ir. Según algunas versiones, los terratenientes madereros y ganaderos los han asesinado. Pero este dato no se puede confirmar porque los awá no construyen casas (algo que podrían observar los aviones de vigilancia) y las personas que se encuentran con ellos no ofrecen ninguna información. Los madereros están violando sus derechos incluso dentro de la reserva y podrían reaccionar con violencia contra los observadores que están trabajando in situ.

Más información actualizada en Survival.

Comentarios

Un buen trabajo siempre es de agradecer. Gracias Lola Huete Machado.
Hubiera estado bien colocar el link del artículo original en inglés
Cada trabajo de Lola Huete es como recordar ese primer libro que te compraste con los ahorros de los domingos.Que aunque se perdiera en un traslado, siempre formara parte de la biblioteca de tu corazón y de tu memoria...Una vez mas Felicidades.Y a Fiona Watson, no puedo prometerle grandes hoteles, ni grandes restaurantes, pero para mi y estoy seguro que para mis compañeros de Equo Bizkaia seria un lujo contar con ella para una charla.Sobre sus experiencias, su proyecto, sus vivencias...en fin, que nos enseñe, que nos enseñe, y que nos enseñe.Soy Musulman, confio que Alá atienda a mis plegarias.Gracias.
Un buen trabajo siempre es de agradecer. Gracias Lola Huete Machado.
Hubiera estado bien colocar el link del artículo original en inglés
Cada trabajo de Lola Huete es como recordar ese primer libro que te compraste con los ahorros de los domingos.Que aunque se perdiera en un traslado, siempre formara parte de la biblioteca de tu corazón y de tu memoria...Una vez mas Felicidades.Y a Fiona Watson, no puedo prometerle grandes hoteles, ni grandes restaurantes, pero para mi y estoy seguro que para mis compañeros de Equo Bizkaia seria un lujo contar con ella para una charla.Sobre sus experiencias, su proyecto, sus vivencias...en fin, que nos enseñe, que nos enseñe, y que nos enseñe.Soy Musulman, confio que Alá atienda a mis plegarias.Gracias.

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Sobre la firma

Lola Huete Machado
Jefa de Sección de Planeta Futuro/EL PAÍS, la sección sobre desarrollo humano, pobreza y desigualdad creada en 2014. Reportera del diario desde 1993, desarrolló su carrera en Tentaciones y El País Semanal, con foco siempre en temas sociales. En 2011 funda su blog África no es un país. Fue profesora de reportajes del Máster de Periodismo UAM/El País

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