Romney contra el Estado
El candidato republicano da otro traspiés con la difusión de un vídeo en el que desprecia a un 47% de la población como "dependiente"
No, no se trata de un proceso a la americana, sino de la posición de Mitt Romney. Este ya tenía dificultades para evitar que Barack Obama se despegase de él en las encuestas. El actual presidente le saca tres puntos de media a escala nacional y entre tres y ocho puntos en los Estados clave que decidirán la elección del 6 de noviembre. Pero su última metedura de pata puede significar una condena demoscópica de la que solo se recuperará si le surgen problemas inesperados a Obama —la famosa sorpresa de octubre— o si le gana en los debates televisados.
En una reunión a puerta cerrada en mayo en Boca Ratón (Florida) con empresarios donantes del Partido Republicano, Romney puso de manifiesto su estrategia con toda crudeza. En su intervención, grabada por una cámara oculta, Romney habla despectivamente del 47% de los electores americanos “dependiente” de las ayudas del Gobierno (término que equivale a Estado) que, además, se considera “víctima” y “cree tener derecho a la atención médica, la comida, la vivienda o lo que sea”. Y, encima, dice el exgobernador de Massachusetts, no pagan impuestos, por lo que no les puede interesar su propuesta de bajarlos.
Los propósitos de Romney no son una novedad, pues tanto él como su copiloto, el más radical Paul Ryan, no han parado de denigrar el Estado de bienestar y lo que consideran el socialismo a la europea que quiere implantar Obama en EE UU.
Los demócratas se han lanzado en tromba contra este desprecio a la mitad de los estadounidenses, parte importante de los votantes que Romney da por perdida para su causa. Prefiere, dice, centrarse en ese 5% a 10% de centristas “sensatos”, que son los que decidirán la elección. Claro que muchos de ellos votaron por Obama en 2008 y tampoco hay que herir su sensibilidad afirmando que se equivocaron, sino insistir en que el que ha errado ha sido el actual presidente.
Se desconoce quién grabó a Romney. Solo se sabe que James Carter, consultor, contribuyó a que aflorara el vídeo publicado por una revista de izquierdas. Seguramente no quiere que a Obama le pase lo que a su abuelo Jimmy en 1980, que perdió frente a Reagan debido, entre otras cosas, a Irán.
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