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Blogs / Cultura
Del tirador a la ciudad
Coordinado por Anatxu Zabalbeascoa

Restaurar, recuperar, reciclar, repensar

Anatxu Zabalbeascoa

FOTOS: cedidas por la VIII BIAU

Las reparaciones de los edificios del pasado inyectan nueva vida, en lugar de momificar el patrimonio, cuando además de reparar los destrozos los proyectistas aprovechan sus intervenciones para subsanar carencias y fallos. La iglesia de la ciudad de Baños, en la provincia de Tungurahua, Ecuador, es un ejemplo de una intervención doblemente reparadora. El templo acumulaba una historia de terremotos y ruinas que se remonta a un primer seísmo en 1797 (once años después de que fuera levantado) y un segundo, en 1949, que la convirtieron, progresivamente, en un espacio inútil y olvidado. El departamento de Patrimonio Cultural del país denomina “gestión de emergencia” la recuperación de unos bienes que generan riqueza, cultura y cohesión social. Con esa voluntad el estudio Brown Meneses recibió el encargo de cubrir los muros del antiguo edificio, la parte que guarda mayor protagonismo del origen del inmueble, para convertir el antiguo templo en un centro social.

Paola Maneses y Christian Brown redactaron una lista de prioridades: seguridad, perdurabilidad, ventilación e iluminación. Así, no solo restauraban sino que imponían el criterio de reparar actualizando. No se trataba de dejar la huella visible del tiempo de la reparación, la idea era sanear la función además del estado del edificio. De este modo, la nueva cubierta de estructura metálica y policarbonato ofrece ventilación (al no apoyarse en los antiguos muros) e iluminación natural. El plano torsionado de la hipérbole que forma la cubierta nace tras someter el tejado original a dos aguas a un proceso de abstracción que “permite que la ligereza y la sinuosidad del nuevo plano contraste con la imagen estática de la arquitectura existente”, explican los arquitectos.

También la estructura metálica de la cubierta obedece a esa ambición. Se trataba de utilizar los materiales existentes en el mercado local y de aprovechar la capacidad del metal para conseguir grandes luces con secciones pequeñas. Los 70.000 euros que costó la intervención –que les ha valido a sus autores un premio en la VIII Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo- demuestran que muchos gobiernos harían bien en bautizar la recuperación, reparación y reciclaje de edificios bajo el mismo epígrafe de “gestión de emergencia”. 

Comentarios

Pobre, caprichoso, injustificado, el plano en sí mismo como abstracción es bello, pero de ninguna manera casa con el entorno. La forma alabeada de la cubierta no obedece a ninguna funcionalidad, y se justifica muy difícilmente en su componente simbólica/significante de hacer de contrapunto al conjunto anterior. En resumen, una rehabilitación donde los ojos se van irremediablemente a lo nuevo, que no es coherente de ningún modo con lo anterior. Lo encuentro un proyecto muy pobre, casi denunciable.
El espacio interior me parece fantástico. En la foto aérea, desde luego la cubierta es mucho mejor que cualquiera de los tejados que la rodean. El precio parece razonable. ¿Cuánto tiempo más los faltos de imaginación seguirán confundiendo respetar el pasado con repetir el pasado?
Yo estoy totalmente de acuerdo con rrozaba: la cubierta rompe no encaja con el conjunto, lo rompe totalmente, y da la impresión de querer hacer modernidad porque sí, de forma que la obra de Brown Meneses destaque por encima de lo que se supone que está rehabilitando. ¿Por qué hay que "reparar actualizando"? ¿Para sobresalir su obra sobre la que ya está y a la que se supone debería servir? En cuanto al interior, si digo que ha quedado desangelado (if you pardon the pun), creo que me quedaría corta.
¿Quieres perder 5KG en 9 días??? Te explico como paso a paso: http://sn.im/24o439v
El tema de la rehabilitacion es uno de los mas complejos y delicados que un arquitecto puede plantearse. El como dotar de nuevo uso a un edificio sin copiar de su arquitectura original y siendo a la vez contemporaneo y espetuoso. Creo que la sociedad no lo entiende y los arquitectos no nos preocupamos de explicarselo.
Discrepo de algunos de los participantes en este foro. ¿Por qué una rehabilitación no puede dejar signos de los tiempos en que se ha hecho? Por ejemplo, los españoles estamos acostumbrados a verlo en todas nuestras catedrales, obras de siglos, y no nos asombramos por ello. ¿Por qué aquí no?
No se puede decir mejor que lo que ha escrito "rrozaba". Veo dos relatos - el de origen y el recién incorporado- que no se encuentran lo mires por donde quieras hacerlo. Y el secreto de ésta recuperación no está en desnaturalizar la materia de origen para hacer prevalencia de otra recién incorporada.
Los arquitectos tienen una tendencia un tanto maligna a querer dejar su impronta en obras antiguas y escenario históricos. Si un alacalde chiflado de Florencia se decidiera a actualizar la escalinata de Miguel Ángel del vestíbulo de la Biblioteca Laurenziana habría tres arquitecto que criticarían la medida y cien mil que presentarían proyectos deseosos de meter mano en una obra maestra. En cuanto a que esto lo vemos en todas las catedrales, gracias a Dios esa tendencia finalizó en cierta medida en el siglo XX, porque antes no se tenía ningún respeto a lo anterior y se destruía para construir en el nuevo estilo, unas veces con resultados maravillosos, como la sustitución de catedrales romanicas por góticas (aunque se echan de meno más romanico) pero en otros casos con resultados menos logrados, sustitución masiva de los retablos medievales en el siglos XVIII por retablos rococós.
Muy bien organizado todo, no está mal.
La verdad es que han tomado muy buenas fotos

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