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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Adelanto en Galicia

Rajoy quiere evitar que las elecciones gallegas se vean contaminadas por un posible rescate

El adelanto de las elecciones gallegas para que el 21 de Octubre coincidan con las vascas responde a la necesidad del presidente Mariano Rajoy de resolver cuanto antes una contienda electoral que, de alargarse hasta el próximo año, podría verse contaminada por las posibles medidas de ajuste que exigiría, de producirse, un rescate de la economía española. Desde este punto de vista, es una decisión legítima. Si los augurios de un otoño caliente, en lo político y en lo económico, se confirman, ningún partido en el poder haría algo distinto. Supone, eso sí, un contratiempo para determinados planes del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, entre ellos la polémica reforma electoral con la que pretendía garantizar su reelección. El objetivo de Feijóo era reducir el número de escaños en el Parlamento gallego por la vía de mermar la representación de las zonas urbanas, allí donde el PP sufre un servero retroceso en todos los sondeos. Ahora, sin plazo para ello, deberá emplearse a fondo para seguir en el poder.

Las elecciones gallegas tienen siempre una indiscutible lectura nacional. Las de cuatro años atrás, ganadas por el PP, salvaron a Rajoy de quienes desde su propio partido dudaban de que fuera el candidato idóneo para las generales de 2011. Los comicios del 21-0 serán la segunda cita con las urnas del PP desde la victoria de líder popular. La primera, en Andalucía, resultó un fiasco. En aquella ocasión, el Gobierno retrasó los Presupuestos para evitar desgastar a su candidato, Javier Arenas. No sirvió de nada. Esta vez no caben juegos de ese tipo. Los tiempos, además, dependen también de Bruselas y de Berlín. De ahí la prisa de Rajoy. Un ejemplo: cualquier rebaja en las pensiones por exigencia de la Unión Europea podría tener un efecto devastador entre el electorado de Galicia, una comunidad con una población más envejecida que la media española.

El presidente de la Xunta ha elegido el momento menos malo para sus intereses. Aunque algunas encuestas le ponen al filo de perder la mayoría absoluta, con este adelanto electoral sorprende a la oposición con el paso cambiado. Los socialistas gallegos, en clara crisis de liderazgo, pensaban disponer del tiempo suficiente para elegir a su candidato en unas primarias. Ahora será el comité nacional del PSdG quién designará a Pachi Vázquez el sábado próximo. El Bloque, por su parte, ha sufrido dos escisiones. Mientras, Izquierda Unida crece y UPyD no consigue afianzarse en Galicia. En todo caso, como en el conjunto de España, es previsible una mayor fragmentación del voto, lo que dificultará la formación de un gobierno si Feijóo pierde la mayoría absoluta. Frente al PP hay una izquierda atomizada. Y esta es la mejor baza para Feijóo. Gane quén gane, tendrá que gestionar ajustes duros, especialmente en materias como Sanidad y Educación. Una tarea que requerirá políticos capaces. Las urnas tendrán la palabra.

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