El hotel de las estrellas se moderniza
El María Cristina de San Sebastián reabre tras nueve meses de obras para celebrar su centenario Elegancia, estilo y modernidad en un establecimiento emblemático ligado al cine
En sus habitaciones han dormido estrellas del cine como Bette Davis, Elisabeth Taylor, Sophia Loren y Harrison Ford; directores como Woody Allen y Quentin Tarantino, amén de todo el elenco patrio delante y detrás de la cámara. Ahora, tras nueve meses cerrado, el María Cristina ha regresado esplendoroso para celebrar su centenario. El hotel de cinco estrellas, icono de la radiografía urbana de San Sebastián, recupera el más puro aroma de la Belle Époque después de nueve meses en los que se ha acometido un ambicioso proyecto de remodelación de la mano de la multinacional Starwood Hotels&Resort, que ha invertido 20 millones de euros.
Un centenario de elegancia renovada es lema que resume la nueva filosofía. “Queríamos mantener la esencia de este conocido hotel a la vez que renovábamos todas las instalaciones y prepararnos así para otros 100 años más”, dice el director Michael Nader.
Los rojos, azules y salmones de antaño han dado paso a grises aterciopelados, 'beiges' y malvas
Más acogedor, menos ostentoso y más clásico. Los rojos, azules y salmones, salpicados de dorados, de antaño han dado paso a una tonalidad más neutra con grises aterciopelados, beiges y malvas. La decoración a cargo de la empresa británica HBA ha sido estudiada al milímetro. “Estuvieron tres meses analizando los gustos de los donostiarras, fue una inmersión en museos y trayectoria urbanística”, explica Nader. Muebles art déco combinan con otros objetos clásicos y con apuestas más modernas, como las dos librerías altas que reciben al visitante en las esquinas de la puerta giratoria de acceso. La anterior remodelación se llevo a cabo en 1987, pero la de ahora ha sido mucho más compleja. Aunque no se ha tocado la estructura del edificio se ha reformado, por ejemplo, todo el sistema interno de tuberías.
Hay guiños al huésped por cada rincón. Desde el atuendo con sello Balenciaga de las recepcionistas, los espejos —845 por todo el hotel— que decoran el bar inspirado en la octogenaria Bette Davis, que se alojó en la 416 el mismo año de su muerte, 1989, hasta fotografías de formato grande distribuidas por las plantas con imágenes de rincones emblemáticos de la ciudad.
El hotel María Cristina debe su nombre a la reina regente española, bisabuela del rey Juan Carlos. Doña Virtudes, como era conocida de forma popular, fue la primera huésped del hotel tras la inauguración el 9 de julio de 1912, obra del arquitecto francés Charles Mewes, autor también de los Ritz de Madrid y París. Los años dorados de la Belle Époque que ahora el nuevo hotel quiere reproducir de una forma más modernizada: “Será como la casa de una señora elegante, acogedora y clásica”, apunta Nader.
Desde el atuendo con sello Balenciaga de las recepcionistas, hay guiños al huésped por cada rincón
Por los pasillos y las habitaciones del María Cristina han pasado en estos cien años representantes de la alta sociedad, artistas de prestigio internacional y relevantes dirigentes de la clase política del momento. Iconos de la moda parisina, como Coco Chanel, Jean Patou y Paul Poiret, se daban cita en el hotel. San Sebastián era en sus primeros años la pasarela de la burguesía, hasta que todo se fue al traste con el estallido de la guerra de 1936. El hotel también sufrió los efectos de la contienda, y aún conserva en su fachada algunos impactos de la artillería, informa Mikel Ormazabal.
Después de una remodelación a mediados del siglo pasado, cuando el edificio pasó de tener forma de L a ser una U, el María Cristina recuperó su esplendor y reputación internacional coincidiendo con el primer Festival de Cine de San Sebastián, en 1953. Por la alfombra roja que se desplegaba cada año desde la entrada del hotel han ido desfilando hasta la actualidad estrellas como Gregory Peck, Julie Andrews, Robert De Niro, Sophia Loren, Elizabeth Taylor, Woody Allen, Susan Sarandon, Lauren Bacall, Al Pacino, Harrison Ford o Mel Gibson, entre otros muchos. Los más grandes del jazz y renombrados cantantes y grupos musicales han quedado hospedados en este establecimiento. Bruce Springteen, un asiduo del María Cristina, podrá por fin ocupar prácticamente una planta en su próxima visita para acoger a sus músicos, familia, amigos y demás sequito que sigue al músico y cantante estadounidense.
En total son 136 habitaciones, 27 suites y cuatro acondicionadas para discapacitados “sin perder un ápice de encanto”, recalca Michael Nader. Durante la actual remodelación se ha aprovechado para dar respuesta a una de las demandas habituales de muchos huéspedes: habitaciones intercomunicadas y aisladas para grupos de música o familias numerosas. “Si las paredes hablarán”, entona el director.
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