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Blogs / Cultura
Del tirador a la ciudad
Coordinado por Anatxu Zabalbeascoa

Otros arquitectos 5- Duccio Malagamba

Anatxu Zabalbeascoa

Retomamos una serie que trata de aportar ideas a los arquitectos en busca de ocupaciones profesionales más allá de la arquitectura.

Duccio Malagamba (La Spezia, Italia,1960) es arquitecto y se gana la vida como fotógrafo. La vocación le llevó hasta ese campo y los estudios pusieron el objeto fotografiado. Malagamba llegó a Barcelona en 1987, tras estudiar arquitectura en la Universidad de Génova. Después de trabajar en el estudio MBM (Martorell-Bohigas-Mackay), en 1991 decidió dedicarse profesionalmente a la fotografía. Parecía natural que se especializara en arquitectura. En dos décadas, ha recibido cinco “Premios Lux” otorgados por la Asociación de Fotógrafos Profesionales de España, y, más allá de publicar regularmente en prensa es autor de las fotografías de libros como: Álvaro Siza: Museu Serralves Porto: Museum Building Guides. Photographic Essay by Duccio Magamba. Ediciones Polígrafa (Barcelona). 2011. Es el primero de los arquitectos que se ganan la vida más allá de la arquitectura en responder, este año, a las preguntas que tratan de explicar esa decisión profesional.

¿Por qué estudió arquitectura? ¿Qué esperaba de los estudios? Curiosamente lo mío ha sido un viaje de ida y vuelta, ya que llegué a la arquitectura a través de la fotografía. Siendo adolescente, me encantaba fotografiar y revelar –especialmente retratos y fotos de viajes– y cuando terminé la selectividad tuve claro que quería dedicarme a la fotografía como profesional. Mis padres no se oponían, pero insistían en que antes era oportuno estudiar una carrera universitaria. En Italia en ese momento no existían escuelas de fotografía de tan alto nivel, así que empecé a buscar alternativas. Un día descubrí que en la Facultad de Arquitectura de Venecia se impartía una asignatura de fotografía y eso fue suficiente para que empezara a interesarme por esa carrera. Finalmente, por razones familiares, acabé matriculándome en la de Génova donde, ironía del destino, no había tal asignatura…

¿Qué ha sido lo más sobresaliente de su formación: lo que más le ha servido, lo que más le ha alumbrado? A lo largo de la carrera mi pasión por la fotografía fue menguando conforme aumentaba el interés por la arquitectura. Las asignaturas de proyectos –“composición arquitectónica” como se llamaba entonces– además de despertar mi pasión, han sido muy útiles para mi posterior trayectoria profesional. Pero sin duda el contacto prolongado y directo con profesores y arquitectos de la talla de Giancarlo De Carlo o Martorell-Bohigas-Mackay es lo que más me ha formado.

¿Cuándo y por qué optó por una dedicación profesional diferente? Trabajando en el estudio MBM en Barcelona, tuve la suerte de co-liderar el equipo que ganó un importante concurso internacional en Siena. A la espera de que empezara la redacción del proyecto de ejecución, hubo un impasse y yo, para llenarlo, solicité una beca para una investigación sobre la Arquitectura Contemporánea Española. Para la realización del trabajo tuve que volver a tomar fotografías. Las fotos gustaron y empezaron a llegarme encargos, el proyecto de Siena, en cambio, nunca acabó de ponerse en marcha…

¿Cómo valora económica, personal e incluso socialmente ese cambio? Prefiero no hacer valoraciones, porque no estoy seguro de que me apetezca enfrentarme a las conclusiones a las que podría llegar. Especialmente en estos tiempos en los cuales entre crisis, ocaso de las revistas y accesibilidad de los medios técnicos, nadie parece ya necesitar un fotógrafo de arquitectura. Pero es verdad que me costaría renunciar al recuerdo de las horas pasadas visitando, estudiando y retratando las obras de grandes maestros.

¿Tienen los arquitectos miedo de romper la endogamia y el círculo social e intelectual en el que viven? No sé si se trata de miedo, pero es un hecho que, como en la mayoría de trabajos donde la pasión se entremezcla con la profesión, uno se encuentra más a gusto con personas que comparten tus mismas alegrías y sufrimientos. Eso no quita que por su propio trabajo el arquitecto tiene que estar muy interesado en lo que agita a la sociedad. Aunque, desgraciadamente, esto no garantiza que a la postre sea capaz de dar respuestas a sus deseos y necesidades.¿Qué le hizo ver que había otras posibilidades? En Italia la carrera de arquitectura es menos técnica y más generalista que en España y en la mayoría de los países de nuestro entorno. Eso es un handicap si quieres dedicarte a la profesión, sin embargo una formación menos enfocada a la construcción deja la mente más abierta a otros caminos. Yo, por ejemplo, me he sentido siempre muy atraído por el mundo editorial también. Seguramente, si dejara de hacer fotografías hoy preferiría trabajar como periodista de arquitectura antes que como arquitecto. De hecho en el pasado ya he compaginado la fotografía con el periodismo al haber desempeñado el cargo de Director Técnico en la revista Diseño Interior.¿Qué puede hacer la arquitectura por la sociedad más allá de los planos? ¡Hacer unos BUENOS planos! Decía Aristóteles que la felicidad de los pueblos reside en la belleza de sus ciudades y yo estoy totalmente de acuerdo: la buena arquitectura, el buen urbanismo y el buen diseño ayudan a la gente a vivir mejor. ¿Qué más queremos pedirle?

¿Qué consejos daría a un estudiante de arquitectura? Que se asegure de que tiene una sólida pasión, porque ser arquitecto, más allá del aparente glamour, es un trabajo duro, absorbente y a menudo frustrante. Pero si su decisión es firme, que no se deje amedrentar por las dificultades: ¡dominar el espacio, imaginar lo que finalmente se hará realidad, es algo extraordinario e incomparable!

Beirut gosths

Comentarios

Conozco esa pulsión de la que habla Duccio Malagamba.Nada es comparable a la pasión por el espacio, imaginarlo, dibujarlo, repensarlo o construirlo. Pero, efectivamente, es necesario abrir los caminos, la producción de espacios es social, aunque haya quién firme el proyecto... fotografiarlo, gestionarlo, transformarlo o simplemente vivirlo también es arquitectura.Leo con gran interés y aplomo esta serie. Gracias
Su trabajo es realmente admirable, que gran talento y dedicación.
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